La Cultura Chinchorro momificó a sus muertos 2,000 años antes que los egipcios

Hace más de 7 mil años, la árida costa del desierto de Atacama era habitada por un grupo de cazadores y recolectores marinos que desarrollaron una increíble tecnología que hoy es admirada por el mundo.

Se trata de la “cultura chinchorro” que, de acuerdo con la investigación de sus restos arqueológicos, tuvo especial cuidado en el tratamiento que recibían sus muertos, aplicando hábiles técnicas de momificación más de dos mil años antes que los egipcios.

El trabajo de este grupo fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que este martes incluyó a los asentamientos y momificación artificial de la cultura chinchorro en la Lista de Patrimonio Mundial.

De acuerdo con la organización internacional, esta cultura presenta “la evidencia arqueológica más antigua conocida de la momificación artificial de cuerpos”, lo que refleja el “papel fundamental” de los muertos en esta sociedad.

Pero ¿quiénes eran realmente los chinchorros y cómo desarrollaban esta prematura y espectacular técnica para tratar a sus familiares difuntos?

Un pueblo pescador

La cultura chinchorro se asentó específicamente entre los puertos de Ilo, en Perú, y Antofagasta, en Chile.

Pese a su extrema aridez, esta zona era increíblemente rica en recursos marinos por los efectos de la fría corriente de Humboldt y las diferentes quebradas que llegan al mar.

De esta forma, los chinchorros se especializaron en la explotación de recursos marinos para lo cual idearon diversas herramientas. Entre ellas, un anzuelo de espinas de cactus y puntas de arpón.

De acuerdo con la Unesco, “se han encontrado herramientas de materiales minerales y vegetales, así como simples instrumentos de hueso y conchas” que les permitieron una “explotación intensiva de los recursos marinos”.

Además, según asegura el Museo Chileno de Arte Precolombino, “a partir de tumores encontrados en los oídos de las momias de la época, se sabe que buceaban a gran profundidad”.

Este talento pescador les permitió generar asentamientos semipermanentes en las desembocaduras de los ríos y quebradas de la zona.

Aunque existe poca información sobre su organización, se cree que se reunían en bandas o grupos pequeños de entre 30 y 50 personas aproximadamente, al parecer emparentadas entre sí.

¿Cómo momificaban a sus muertos?

Pero lo que más resalta de esta cultura son sus complejas técnicas mortuorias, que reflejan la enorme importancia que le entregaban al culto a la muerte y a los antepasados.

De acuerdo con información de laUniversidad de Tarapacá de Chile —que ha liderado la investigación y conservación de la cultura chinchorro—, el proceso consistía en la extracción de los órganos y las vísceras del difunto a través de incisiones, que eran sustituidos por vegetales, plumas, trozos de cuero, vellones de lana y otros materiales.

Además, se extraía el cuero cabelludo y la piel del rostro, e intervenían el cráneo para sacarle el cerebro, en cuyo lugar, una vez seco, ponían cenizas, tierras, arcillas y pelos de animal.

Luego se modelaba el rostro, se le colocaba una peluca confeccionada con pelo humano y se le ponía una vestimenta de tejido vegetal. Finalmente, el cuerpo era cubierto con una capa de arcilla.

Si bien al comienzo los chichorros solo momificaban a los recién nacidos y a los niños —acompañándolos con figurillas de barro—, en el período de apogeo de la cultura (hacia el año 3000 a.C.), se momificaban representantes de todos los miembros de la sociedad y de todas las edades.

Diferentes tipos de momias

Según la Universidad de Tarapacá, hasta el momento han sido estudiadas 208 momias y se ha descubierto que las técnicas de embalsamamiento variaron a lo largo del tiempo y se fueron simplificando en las etapas tardías, a diferencia de lo que sucedió con los egipcios, que fueron sofisticando sus técnicas a través del tiempo.

En la cultura chinchorro hubo momias negras, cubiertas por óxido de manganeso; momias rojas, pintadas con óxido de hierro; y momias vendadas.

Todas ellas compartieron similitudes como el uso de peluca, mascarilla facial y palos para reforzar el cuerpo.

“La cultura chinchorro consideraba a sus momias como parte del mundo de los vivos, lo que explica que les dejaran los ojos y la boca abiertos, y que usaran camillas, hechas de fibra vegetal o de pieles de animales, para transportarlas. Después de un tiempo eran enterradas de forma colectiva”, explican en la Universidad de Tarapacá.

Las avanzadas técnicas de embalsamamiento, y al ambiente desértico y de salinidad, hicieron que alrededor de 120 momias lograran preservarse y hoy están en la colección del Museo Arqueológico San Miguel de Azapa, en Chile.

Fuente: BBC