El último aliento de una estrella moribunda

El Very Large Telescope (VLT) ha captado el ‘efímero’ resplandor de unos 10.000 años, un abrir y cerrar de ojos en términos astronómicos, que emana de la nebulosa planetaria ‘ESO 577-24’.

La nebulosa planetaria ‘ESO 577-24’ es el resultado de los restos de una estrella gigante muerta que ha expulsado sus capas externas, dejando atrás una pequeña estrella muy caliente. Este remanente se irá apagando y enfriando gradualmente y acabará sus días como el mero fantasma de lo que una vez fue una inmensa estrella gigante roja.

Las gigantes rojas son estrellas en las etapas finales de sus vidas que han agotado el combustible de hidrógeno en sus núcleos y han comenzado a contraerse bajo el asfixiante puño de la fuerza de la gravedad. A medida que una gigante roja se contrae, la inmensa presión reaviva el núcleo de la estrella, lanzando hacia el vacío del exterior sus capas más externas en forma de potentes vientos estelares.

El núcleo incandescente de la estrella moribunda emite una radiación ultravioleta lo suficientemente intensa como para ionizar estas capas expulsadas y hacer que brillen. El resultado es una nebulosa planetaria, o el fugaz testimonio final de una estrella anciana al final de su vida.

Esta deslumbrante nebulosa planetaria fue descubierta dentro del sondeo National Geographic Society-Palomar Observatory Sky Survey en la década de 1950 y fue registrada en el Catálogo Abell de nebulosas planetarias en 1966, informa el ESO (European Southern Observatory) en un comunicado.

A unos 1.400 años luz de la Tierra, el resplandor fantasmal de ‘ESO 577-24’ es visible sólo a través de un telescopio potente. A medida que la estrella enana se enfríe, la nebulosa continuará expandiéndose en el espacio, desapareciendo lentamente hasta que deje de ser visilbe.

Esta imagen de ‘ESO 577-24’ fue creada como parte del programa Joyas Cósmicas de ESO, una iniciativa que produce imágenes de objetos interesantes, enigmáticos o visualmente atractivos utilizando telescopios de ESO, con un fin educativo y divulgativo, aunque los datos obtenidos se ponen a disposición de los astrónomos a través de los archivos científicos del Observatorio.

Fuente. europsapress.es