Científicos quieren emplear rayos cósmicos para revelar los secretos del interior de la pirámide de Giza

Un grupo de investigadores quiere desarrollar un telescopio de alta potencia para detectar la incidencia de los rayos cósmicos en las rocas y registrar los huecos de la construcción en el edificio

Un nuevo intento de escanear la Gran Pirámide de Giza utilizando partículas energéticas procedentes del espacio podría ayudar a los científicos a observar el interior de la antigua estructura y obtener nuevos detalles sobre sus misteriosas cámaras interiores.

La Gran Pirámide es la mayor pirámide de Giza, con una altura de 455 pies, y la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que queda en pie. Los investigadores que trabajan en la Misión de Exploración de la Gran Pirámide están recaudando fondos para desarrollar un telescopio de alta potencia que permita cartografiar su composición interna desde todos los ángulos.

El dispositivo tendría “más de 100 veces la sensibilidad” de los equipos que se han utilizado anteriormente para estudiar el sitio arqueológico, según explicó el líder del proyecto, Alan Bross, un científico del Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi, una instalación gubernamental en Batavia, Illinois.

El telescopio escanearía la pirámide con muones de rayos cósmicos, partículas de alta energía que se crean cuando los rayos cósmicos del espacio exterior llueven y chocan con los átomos de la atmósfera terrestre.

“Es una radiación natural”, explica Bross. “Los muones de los rayos cósmicos inciden en la superficie del planeta todo el tiempo. Ahora nos atraviesan”, apuntó.

Las exploraciones propuestas se detallan en un estudio publicado el 6 de marzo en la revista Journal for Advanced Instrumentation in Science.

Los muones de los rayos cósmicos pueden atravesar objetos sólidos con mayor eficacia que los rayos X, lo que permite a los científicos asomarse al interior de estructuras que normalmente son impenetrables.

A medida que los muones atraviesan la pirámide, las partículas de alta energía interactúan con diferentes materiales -granito o piedra caliza, por ejemplo, o aire en una cavidad abierta- desviando su energía y su luz de forma mensurable. Los investigadores pueden utilizar las mediciones para crear mapas detallados de su interior.

Se cree que la Gran Pirámide de Guiza se construyó a petición del faraón Khufu, que reinó durante el siglo XXVI a.C.

El físico Luis Álvarez exploró por primera vez la idea de sondear la pirámide mediante rayos cósmicos a finales de la década de 1960. Álvarez y su equipo escanearon alrededor del 19% de la pirámide durante dos años, pero no encontraron ninguna cámara no detectada previamente dentro de la icónica estructura, según la Sociedad Americana de Física.

La técnica de los muones se utilizó de nuevo en 2017 como parte de un proyecto separado llamado ScanPyramids, que produjo uno de los descubrimientos más significativos en el sitio en los últimos años: la existencia de un gran vacío oculto por encima de un pasillo conocido llamado la Gran Galería.

El desconcertante elemento, apodado el Gran Vacío, tiene unos 6 metros de altura y casi 30 metros de longitud, y su propósito sigue siendo desconocido.

La Misión de Exploración de la Gran Pirámide está diseñada para aprovechar los hallazgos de ScanPyramids, utilizando un telescopio más grande y más avanzado que puede detectar billones de muones de rayos cósmicos entrantes para producir imágenes de mayor resolución desde múltiples puntos de vista.

Los escaneos resultantes podrían revelar para qué se utilizó una vez la extensa cámara, incluyendo qué objetos hay en su interior, si es que hay alguno.

“Si el Gran Vacío fue una zona de preparación o algún tipo de obra de construcción y quedaran restos allí, lo veríamos”, explicó Bross.

Además de la Gran Galería, los arqueólogos encontraron anteriormente la cámara del rey, aproximadamente en el centro de la pirámide, y una cámara de la reina más pequeña en las cercanías. Pero muchos otros detalles de la estructura interna de la pirámide no se conocen bien.

Los nuevos detectores de muones se construirían dentro de hasta ocho contenedores de transporte estándar, cada uno de los cuales mediría 40 pies de largo, 10 pies de alto y 10 pies de ancho, según los investigadores. El sistema de telescopios se colocaría en diferentes puntos alrededor de la base de la pirámide, recogiendo observaciones en cada posición durante tres meses cada vez.

Bross calcula que se necesitarían tres años para acumular datos suficientes para crear un mapa de alta resolución de toda la pirámide.

El equipo ha conseguido financiación del Generador de Grandes Ideas, un programa de subvenciones de la Universidad de Chicago, y del Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi para realizar las primeras simulaciones por ordenador que sirvan de prueba de concepto.

Sin embargo, la construcción de los detectores y la realización de las exploraciones costarían entre 5 y 10 millones de dólares.

Una vez que el sistema de telescopios exista, podría utilizarse para otras expediciones arqueológicas.

“Una idea sería llevarlo al Valle de los Reyes [en Egipto] y buscar variaciones de densidad en las montañas, que podrían ser indicativas de tumbas no descubiertas”, sugirió Bross.

Fuente: telemundo.com