Científicos hacen un descubrimiento inesperado en la Antártida: patrones geométricos en el fondo del mar

El descubrimiento fue posible después de que el iceberg A68, de 5.800 kilómetros cuadrados, se desprendiera de una plataforma de hielo y mostró una parte del océano que jamás se había visto

Durante una expedición científica en el mar de Weddell occidental, frente a la costa de la Antártida, los investigadores hicieron un descubrimiento inesperado: asombrosos patrones geométricos que cubrían el lecho marino, formados por peces.

La expedición, realizada en 2019 y cuyos resultados se revelaron este miércoles en un estudio publicado en la revista Frontiers , tenía como objetivo inicial encontrar los restos del HMS Endurance, el barco del explorador Ernest Shackleton, sepultado por el hielo en 1915. Pero los investigadores tuvieron que abandonar su búsqueda al enfrentarse a condiciones extremas de hielo, similares a las que habían atrapado al Endurance un siglo antes.

Estructuras hechas por los peces de la Antártida

Gracias a un vehículo submarino operado remotamente del barco, los científicos observaron en las imágenes miles de estructuras circulares meticulosamente mantenidas por peces de hielo. Estos nidos, dispuestos en patrones regulares, revelan un comportamiento complejo aún en gran parte desconocido en estas gélidas aguas.

“La existencia de más de mil nidos conservados en las áreas estudiadas demuestra que la exploración de nuestro mundo aún continúa, con constantes nuevos hallazgos”, afirmó Russ Connelly, autor principal del estudio e investigador de posgrado en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Essex.

Los nidos de una especie que vive en condiciones extremas

La creación de estas asombrosas estructuras antárticas se atribuye a los noties de aleta amarilla, una pequeña y resistente especie de bacalao de roca. Los científicos creen que cada nido descubierto habría estado custodiado por un pez progenitor que vigilaba sus huevos.

Según el estudio, los densos grupos parecen reflejar una «estrategia de supervivencia finamente ajustada» y una clara demostración de la teoría del «manada egoísta», según la cual los peces en el centro obtienen protección contra los depredadores, protegidos por sus vecinos, mientras que se cree que los nidos solitarios en la periferia pertenecen a individuos más fuertes y capaces de defender su territorio.

Las zonas de anidación también revelan un Ecosistema Marino Vulnerable (EMV), un hábitat delicado y vital para la biodiversidad antártica. Este hallazgo se basa en investigaciones anteriores, incluida la vasta colonia de cría descrita en un estudio del 2022, una de las más grandes conocidas en el planeta.

La protección de un ecosistema vulnerable

Proteger esta zona significa salvaguardar no solo a los emblemáticos pingüinos y focas, sino también a estas guarderías ocultas que forman parte de la red alimentaria antártica. Estos entornos submarinos son un poderoso recordatorio de que, incluso en los lugares más extremos del planeta, la vida encuentra la manera de construir comunidades complejas y resilientes.

Para los científicos, este descubrimiento pone de relieve la riqueza biológica del mar de Weddell, un ecosistema frágil amenazado por el cambio climático. Ahora piden que se declare área marina protegida.

Fuente: larepublica.pe

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