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Científicos españoles dicen haber creado en China embriones de mono con células humanas

Investigadores españoles dirigidos por Juan Carlos Izpisúa aseguran haber creado embriones de mono con células humanas, según informó ayer el diario El País. La investigación se habría realizado en China para sortear los impedimentos legales que hubiera tenido en EE.UU. (donde trabaja actualmente Izpisúa) o en España (donde trabajan los coautores del trabajo, de la Universidad Católica de Murcia o UCAM).

El objetivo último del proyecto es obtener órganos para trasplante, sostiene María Estrella Núñez, colaboradora de Izpisúa en la UCAM, en declaraciones a El País. Pero el experimento se habría interrumpido antes de que el mono con células humanas llegara a nacer.

La investigación no se ha presentado en una publicación científica ni en un congreso. La información que ha trascendido hasta ahora no aclara con qué especie de mono se habría realizado el experimento. Tampoco el lugar de China donde se habría hecho. No se sabe cuántos embriones de mono se habrían creado. Ni hasta qué fase del desarrollo embrionario o fetal se habrían desarrollado. Ni Juan Carlos Izpisúa ni María Estrella Núñez respondieron ayer a peticiones de La Vanguardia para clarificar estos datos.

Tampoco contestaron a la pregunta de si los monos pueden ser una fuente viable de órganos para trasplante teniendo en cuenta que que las poblaciones de monos son escasas y que sus órganos suelen ser mucho más pequeños que los humanos. A ellos se suma que el uso de primates en investigación biomédica está cuestionado por motivos éticos y, en la Unión Europea, está restringido desde el 2013 por una directiva comunitaria.

La investigación de Izpisúa y Núñez habría empezado con una modificación genética de embriones de mono para inhibir genes esenciales para la formación de órganos. Posteriormente se les habrían inyectado células madre humanas con el potencial para generar cualquier tipo de tejido del cuerpo.

Los datos difundidos hasta ahora no precisan si estas células madre proceden de embriones humanos o son células iPS, que se obtienen a partir de tejidos no embrionarios.

En cualquier caso, se habrían obtenido quimeras, es decir, seres vivos formados por células de dos tipos distintos. De este modo, se habrían podido llegar a formar tejidos humanos sobre un sustrato de células de mono.

La investigación de tejidos y órganos para trasplante a partir de animales quiméricos con células humanas ha sido autorizada este año en Japón, donde había estado prohibida hasta ahora. Según informó la revista Nature la semana pasada, los primeros experimentos se realizarán con embriones de rata y de ratón y estarán dirigidos por Hiromitsu Nakauchi, investigador de las universidades de Tokio en Japón y de Stanford en California.

Nakauchi demostró hace dos años el potencial de esta línea de investigación cuando presentó en Nature un roedor quimérico que combinaba células de rata y de ratón –en aquel caso, por lo tanto, sin células humanas-. Obtuvo células de páncreas que después trasplantó a un ratón diabético, lo que le curó.

También en Estados Unidos se han realizado experimentos con animales quiméricos que combinan células humanas y de otras especies, aunque los Institutos Nacionales de Investigación dejaron de financiar este tipo de estudios en 2015.

Izpisúa, especialista en biología del desarrollo del Instituto Salk de California, es reconocido como un referente en esta área de investigación. A principios de 2017 presentó en la revista Cell el primer cerdo quimérico que incorporaba células humanas. Dado que los cerdos tienen un tamaño similar a las personas y son abundantes, se consideran una especie prometedora para obtener órganos para trasplante.

Las credenciales de Izpisúa en esta área de investigación contrastan con las de María Estrella Núñez, vicerrectora de investigación de la Universidad Católica de Murcia y especialista en ciencia de los alimentos cuya lista de publicaciones incluye estudios sobre uvas, champiñones, coles y pimientos. Según informa El País, la UCAM ha contribuido a los trabajos de Izpisúa en China financiando gran parte del proyecto.

Fuente: lavanguardia.com