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Buscan científicos “árbol genealógico” genético de Covid-19

Para China, y para cada país afectado por la COVID-19, la fecha de los primeros casos está clara. Pero el virus podría haber estado circulando antes, como lo muestra su “árbol genealógico” genético.

Fiebre, tos, problemas respiratorios… A mediados de enero, Aicha, secretaria médica de 57 años fue hospitalizada en Marsella (sur de Francia), con una enfermedad respiratoria aguda.

Su marido Jacques, médico, describe a la AFP “todos los signos clínicos” del coronavirus, incluida la pérdida de gusto y de olfato.

“Si le hubiera pasado a mediados de febrero, nadie tendría dudas”, dice Jacques. Pero en ese momento, Francia no había señalado ningún caso de nuevo coronavirus.

Su mujer encadenó recaídas y tests no concluyentes. ¿Aicha podría haber sido un caso precoz?

“Se puede fechar el inicio de la epidemia utilizando datos de incidencia [rapidez de propagación] y estudiando los genomas de los virus. En los dos casos, en Francia, los estudios identifican la segunda quincena de enero”, indica a la AFP Samuel Alizon, director de investigación en el Centro Nacional francés de Investigación Científica (CNRS) en la universidad de Montpellier.

Pero “es posible que haya habido casos aislados en enero, antes del primer caso oficial el 24” de ese mes.

En Estados Unidos, las autopsias practicadas en California a dos fallecidos (dos casos sospechosos) revelaron infecciones antes del primer caso oficial el 21 de enero.

“Semanas antes”

Para acotar la fecha de llegada del virus, en numerosos países los científicos buscan hipotéticos “pacientes cero”, secuenciando el genoma del virus para reconstituir su “árbol genealógico”.

Según investigadores italianos, el virus habría entrado en Lombardía entre la segunda quincena de enero y principios de febrero, “semanas antes” de que se confirmara en esta región el primer foco epidémico alrededor del 20 de febrero.

Varios jugadores del club Inter de Milán pudieron ser víctimas desde enero. El atacante belga Romelu Lukaku se plantea la pregunta.

“Tuvimos una semana de vacaciones en diciembre y después volvimos al trabajo y juro que 23 jugadores de 25 estaban malos”, dijo recientemente en la radio. “No hicimos los tests de COVID-19 en ese momento: nunca lo sabremos”.

Incluso si tests serológicos identificasen anticuerpos en su sangre, esto no probaría la fecha de contagio.

“Generalmente uno no puede remontar a un punto preciso en el tiempo considerado como el ‘inicio’ de una epidemia en un país concreto”, explica a la AFP Erik Volz, epidemiólogo en el Imperial College en Londres.

Los estudios demuestran “un principio de la epidemia como muy pronto a mediados de enero o principios de febrero en muchas ciudades europeas y estadounidenses”, añade, y asegura que no hay “ninguna prueba en los datos genéticos actuales de una epidemia más precoz fuera de China”.

Noviembre o diciembre en China

El 31 de diciembre, Pekín informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de un foco de neumonías de origen desconocido en Wuhan, primer epicentro de la epidemia.

Las autoridades sanitarias de Wuhan hablan del 8 de diciembre como fecha de los primeros casos. Un estudio publicado en The Lancet menciona la identificación de un primer paciente el 1 de diciembre.

Los diversos estudios filodinámicos –que analizan las variaciones genéticas del virus–, no contradicen estas fechas.

“Los datos apuntan a un origen probable de la epidemia en noviembre o en diciembre de 2019”, indica el doctor Volz.

Un informe del Imperial College en colaboración con la OMS remonta “el ancestro común” del virus al 5 de diciembre (con un margen de incertidumbre entre el 6 de noviembre y el 13 de diciembre).

Andrew Rambaut, de la Universidad de Edimburgo, llega a la conclusión que hubo un antepasado común del virus que data del 17 de noviembre (con un margen entre el 27 de agosto y el 29 de diciembre).

“Es normal que un nuevo virus circule sin ser detectado durante semanas antes de ser descubierto”, señala el doctor Volz.

Hasta la fecha, se han secuenciado los genomas de más de 15.000 virus SARS-CoV-2 (el nombre oficial del nuevo coronavirus), lo que permite trazar su circulación gracias a su evolución genética.

Cada vez que se replica, el virus produce mutaciones (ninguna ha modificado su virulencia).

“De vez en cuando, por accidente, hay mutaciones que se estabilizan”, explica Samuel Alizon.

Para el SARS-CoV-2, “contamos de media dos mutaciones al mes que se estabilizan”, por lo que “si compara dos virus, puede contar cuántas mutaciones les separan”, continúa. Remontando la cadena, se encuentra el “ancestro común en todas las infecciones”.

Este ancestro se encontraba en China. “Todos los virus que circulan en el mundo descienden de linajes” cercanos a Wuhan”, insiste el doctor Volz.

Fuente: AFP