Aguacates en el desierto: la fertigación lo hace posible
Con la ayuda de tecnologías de riego agrícola, la producción de aguacate israelí se abre mercado de manera importante en Europa
En medio del clima mediterráneo y desértico de Israel, compañías como Netafim han logrado cultivar productos agrícolas como el aguacate, una fruta originaria de Mesoamérica —desde el centro y este de México, hasta el noroeste de Costa Rica— que actualmente es popular en todo el mundo.
El secreto es simple: la fertigación. Se trata de un mecanismo que combina el riego por irrigación más el uso de fertilizantes para lograr mayor productividad en cualquier tipo de cultivo, en cualquier tipo de topografía y clima, explica Odeel Israelí, quien es integrante del Kibbutz Magal.
Los Kibbutz en Israel son una especie de comunidades, algunas de ellas agrícolas, en donde sus habitantes se distribuyen el trabajo y comparten ganancias de su producción.
En el Kibbutz Magal, ubicado entre las ciudades de Tel Aviv y Haifa, se encuentra una de las plantas de investigación de Netafim, compañía que hoy es dirigida por capital mexicano bajo el sello de la empresa ORBIA.
Odeel explica que a pesar de que la producción de aguacate requiere unos 10 mil metros cúbicos de agua por hectárea al año, este cultivo ha logrado consolidarse en un país con climas áridos como Israel y que el 95 por ciento de aguacates cultivado en suelo israelí se exportan a Europa, donde ya ocupan entre un 20 y 40 por ciento del mercado.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), México es el principal productor de aguacate a nivel global, prácticamente con el doble de producción que Colombia, el segundo país con más producción.
Entre los países con más producción de este fruto también se encuentran Perú, Indonesia, República Dominicana, Kenia, Brasil, Vietnam, Etiopía y Haití.
Aunque Israel no se encuentra entre los primeros países, su producción de aguacate ha crecido considerablemente durante la última década. Los reportes de la FAO señalan que mientras en 2015 se producían unas 93 mil toneladas de aguacate en alrededor de siete mil 500 hectáreas, para 2023, el área cultivada se duplicó a casi 14 mil hectáreas y se alcanzó una cosecharon unas 177 mil toneladas.
Aunque Israel no está entre los principales productores de aguacate, en menos de una década duplicó su superficie cultivada y casi duplicó su volumen de producción
La cantidad de agua no es un impedimento aun cuando Israel carece de este recurso de manera natural, puesto que el 80 por ciento de agua que utilizan en el campo proviene de aguas tratadas, puesto que utilizar cada gota de agua una vez no es suficiente, considera Odeel.
Además de reutilizar el agua, expone, los israelitas se han visto en la necesidad de optimizar al máximo el uso del vital líquido con tecnologías como el riego por goteo o irrigación, con lo que se utiliza una cantidad de agua específica según el cultivo.
“Ni demasiada agua, ni poca agua. No inunda. Esto es realmente lo que se necesita, exactamente lo que se necesita. Y sólo gracias a eso se puede ahorrar alrededor del 50 por ciento del riego mundial”.
“No se trata sólo de ahorrar agua y regar con la cantidad precisa. Hay otro tema aún más importante (…) se puede tomar un líquido y mezclarlo con agua y fertilizante durante el riego (…) el término exacto es ‘fertigación’”.
De acuerdo con el integrante del Kibbutz Magal y exdirector financiero de Netafim, este tipo de tecnología permite que productos como el aguacate se cultiven en regiones como Israel, así como cualquier otro tipo de planta.
La fertigación no solo permite ahorrar agua, sino que hace posible cultivar aguacates y otras plantas incluso en regiones áridas como Israel
Odeel expone también que la agricultura tiene ventajas en el precio del agua frente al uso doméstico, y cada metro cúbico de agua que se consume se paga entre 50 y 70 centavos de dólar, unos trece pesos mexicanos. Además, el agua tratada es incluso más barata y su precio oscila por los 40 centavos de dólar.
Sin embargo, el reuso del agua no fue un mecanismo que se utilizara desde siempre. Para 1970 apenas se reutilizaba el 10 por ciento del agua, y actualmente, es el 80 por ciento. Por ello, durante la segunda mitad del siglo pasado, cuando era visible la carencia del líquido en Israel, se desarrollaron tecnologías de riego como la irrigación o riego por goteo.
A pesar de ello, Odeel detalla que el agua tratada es útil solo para árboles o sembradíos donde el agua no interactúe directamente con los frutos; “Para los pepinos –ejemplifica– no usamos agua reciclada porque no es buena para las hortalizas pequeñas, como las hojas verdes, las verduras, las hortalizas molidas, etcétera. Es mejor para los árboles, donde el agua no toca los alimentos”.
Dicho invento, tomar un tubo largo y hacerle algunos agujeros, comenzó en el Kibbutz Hatzerim, en el sur de Israel, donde el clima es más desértico. Todo comenzó ahí, y posteriormente se modificó el tubo de riego con una especie de laberinto interno para que los minerales del agua no tapen el riego. De ahí, también se adecuaron sistemas de presión para cuando los cultivos que requieren riego se encuentran en terrenos que no son planos, como colinas.
En lugares como el Kibbutz Magal, esta tecnología, además de permitir el cultivo de aguacates, también se producen naranjas y otros cítricos, duraznos, manzanas, hortalizas y diversos tipos de flores.
Actualmente, Netafim Orbia se encuentra presente en 110 países promoviendo sistemas de riego de precisión con la apuesta de generar más producción agrícola con menos agua. En números de la firma, los beneficios son un incremento en la producción de entre 30 y 100 por ciento, ahorro promedio del 50 por ciento de agua, uso eficiente de los fertilizantes y reducción del impacto medioambiental.
Fuente: oem.com.mx