A día de hoy contamos con tratamientos muy eficaces para la mayoría de los tipos de cáncer. El caso, entre otros, de la quimioterapia o de la radioterapia, por lo general muy efectivas a la hora de eliminar un tumor. El problema es que cuando el tumor original se expande y coloniza otros órganos –el proceso denominado ‘metástasis’–, la utilidad de los tratamientos disponibles es muy limitada. De hecho, las metástasis son responsables de casi un 90% de los decesos por cáncer. Tal es así que la prevención de estas migraciones tumorales se presenta como uno de los principales retos de la medicina actual. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), en el que se muestra la manera en la que los tumores utilizan los vasos linfáticos para, cual carreteras, extenderse por el organismo y cómo este proceso podría ser, cuando menos potencialmente, prevenido.
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