El sistema inmunitario constituye la barrera defensiva del organismo frente a los agresores, ya sean externos –como los virus o las bacterias– como internos –caso de las células tumorales–. Tal es así que nuestra salud depende en gran medida de nuestra capacidad inmunitaria para reconocer y combatir estos ‘cuerpos extraños’ nocivos. El problema es que, en ocasiones, la respuesta del sistema inmune es exagerada, tal y como sucede en el asma. Una situación que se agrava más aún cuando las células inmunes atacan a las propias células del organismo y las destruyen, como ocurre en las enfermedades autoinmunes como el lupus. Pero, en los casos que se extralimita en sus funciones, ¿no hay nada que se pueda hacer para frenar este ‘entusiasmo destructor’ del sistema inmune? Pues sí. Como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Salk de Estudios Biológicos en La Joya (EU) tan ‘solo’ habría que inhibir una enzima denominada ‘escramblasa 1 de los fosfolípidos’ (PLSCR1).
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