El español Bruno Sánchez-Andrade utiliza las nuevas tecnologías para luchar contra la pobreza
A comienzos de este año, un chaval sonriente apareció vestido con el traje tradicional asturiano en el Foro de Davos, la reunión anual de ricos empresarios, políticos e intelectuales en el paraje de los Alpes suizos que inspiró La montaña mágica, de Thomas Mann. Por los pasillos del Foro Económico Mundial caminaban la elegante reina Rania de Jordania y, encorbatados, Joe Biden, vicepresidente de EU, y Enrique Peña Nieto, presidente de México. Y, a su lado, el astrofísico español Bruno Sánchez-Andrade Nuño (Oviedo, 1981), vestido de asturiano, con la típica montera picona en la cabeza. “La gente me preguntaba si iba disfrazado de un personaje de El Señor de los Anillos”, recuerda entre risas.
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