Después del estado sólido, líquido y gaseoso de la materia viene el plasma, por eso es conocido como el cuarto estado de la misma. Se trata de un gas compuesto de varias especies reactivas, que puede modificar la superficie de todo tipo de materiales. De ahí que se use en industrias como la aeroespacial, de los semiconductores, automotriz, de computadoras, nanotecnología, y médica, entre otras.
Actualmente, científicos del Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) utilizan tecnología de plasma para mejorar la germinación en semillas de diversas plantas, así como para prolongar la vida de anaquel de frutas y vegetales.
“Las semillas que son tratadas con plasma germinan más rápido y la producción agrícola en principio sería más alta. Los tratamientos no dañan la semilla, solamente modifican su superficie pero no sus propiedades intrínsecas”, explica la doctora Guadalupe Neira Velázquez, investigadora del Departamento de Síntesis de Polímeros del CIQA.
Hasta el momento, los científicos han tratado con plasma semillas de frijol, maíz, calabaza, pepino, papaya, albahaca, guayule, diferentes tipos de chiles, y han encontrado que casi cualquier tipo de semilla puede ser modificada por plasma.
“El plasma es un gas parcialmente ionizado compuesto por diversas especies, como electrones, átomos, moléculas, especies neutras, radiación ultravioleta, etcétera. Es fácil de producirse y seguro al emplearse”, explica la doctora Guadalupe Neira Velázquez, investigadora del Departamento de Síntesis de Polímeros del CIQA.
Lo que se hace al dar tratamiento con plasma a semillas es modificar solamente su superficie añadiendo grupos químicos que generalmente emplea nuestro organismo, como oxígeno y nitrógeno, para mejorar sus propiedades y área superficial.
El efecto es producir algunos grupos químicos polares en la superficie de la semilla, los cuales hacen que absorba agua más rápidamente. Además, el plasma puede eliminar de manera rápida algunos microorganismos, como bacterias y hongos que afectan de forma negativa la germinación de las semillas, y con esto se puede disminuir el uso de fertilizantes y químicos.
Hasta ahora se han utilizado gases como oxígeno, argón, nitrógeno, vapor de agua, aire ambiental, entre otros, considerando variaciones en tiempos de tratamiento y energía empleada para determinar los parámetros con mejores resultados.
De forma preliminar, los resultados en promedio indican que las plantas crecen hasta dos o tres veces más rápido, en comparación con plantas ‘testigo’ de las mismas semillas que no tuvieron tratamiento con plasma, aunque estos resultados varían dependiendo del tipo de semilla.
A pesar de que estas pruebas se realizan con cantidades pequeñas de semillas, los sistemas de aplicación de plasma tienen potencial de escalamiento para empresas del giro semillero.
“Cuando tienes un producto poscosecha, que sería el fruto o vegetal, se le puede dar un tratamiento de pocos segundos por plasma para eliminar posibles bacterias u hongos superficiales que pudiera traer el producto, y esto permitirá que su tiempo de anaquel en el mercado o en la casa pueda ser mayor, lo cual representa un ahorro monetario importante.
“Además, el comprador lo puede consumir con mayor seguridad, ya que el producto tendría muy baja cantidad de microorganismos adversos para los seres”, afirma la doctora Neira Velázquez. (Agencia ID)