Un innovador proyecto energético ha transformado un lago en una planta solar flotante capaz de producir electricidad limpia sin ocupar terreno ni dañar el ecosistema. Con paneles montados sobre plataformas que se orientan al sol, esta tecnología podría marcar el futuro de la energía renovable en todo el continente
Por primera vez en Europa, un lago ha pasado a desempeñar un papel clave en la generación de energía solar. En lugar de instalar paneles sobre tierra firme, un grupo de ingenieros ha desarrollado una infraestructura flotante capaz de convertir la radiación solar en electricidad aprovechando la superficie de aguas continentales.
La idea es tan simple como brillante: construir una planta solar sobre el agua, evitando el uso de terrenos agrícolas o urbanos, y maximizando la exposición solar gracias a un sistema de orientación vertical. Esta nueva estrategia busca no solo producir energía limpia, sino también reducir el impacto ambiental y ofrecer una alternativa eficiente en países con limitaciones de espacio o alto valor del suelo.
Un sistema diseñado para equilibrar la producción durante todo el día
El corazón del proyecto se basa en la tecnología Skipp-Float, que permite instalar paneles solares de forma vertical con una orientación este-oeste. Gracias a este diseño, los paneles capturan la luz solar desde la mañana hasta la tarde, manteniendo una producción más estable y equilibrada a lo largo del día.
El sistema incluye corredores de agua de al menos cuatro metros entre los paneles, lo que favorece la ventilación y la reflexión de la luz. Además, al flotar sobre el lago, los paneles se mantienen a menor temperatura, aumentando su rendimiento y prolongando su vida útil.
La planta cuenta con una capacidad de casi 2 megavatios y puede producir alrededor de dos gigavatios-hora (GWh) de electricidad al año, suficiente para abastecer a cientos de hogares. Toda la energía se transporta a tierra firme mediante un cable flotante, que evita interferir con el entorno natural.
Un impacto ambiental positivo e inesperado
Lejos de alterar el ecosistema, la instalación ha demostrado tener efectos beneficiosos sobre la biodiversidad. Las sombras proyectadas por los paneles han creado nuevos hábitats para peces y aves acuáticas, mientras que la calidad del agua ha mejorado al reducirse la evaporación.
Además, el proyecto cumple con los requisitos de las normativas hídricas nacionales, demostrando que la coexistencia entre tecnología y naturaleza es posible. Según sus responsables, esta planta es una prueba de que las aguas interiores pueden convertirse en aliadas del desarrollo sostenible.
El país pionero en la energía solar flotante
Detrás de esta iniciativa está Alemania, que ha vuelto a situarse a la cabeza de la innovación energética con la inauguración de su primera planta solar flotante en un lago de Baviera. El proyecto fue desarrollado por la empresa SINN Power y utiliza la gravera de Jais, en el distrito de Starnberg, como emplazamiento para la instalación.
El director de la planta, Gottfried Jais, destacó que el sistema “se adapta perfectamente al ritmo de producción industrial, especialmente entre marzo y diciembre, cuando puede aprovechar la mayor parte de la electricidad generada”.
La compañía, además, ya está estudiando cómo llevar esta tecnología más allá de los lagos, hacia entornos marinos, abriendo la puerta a parques solares flotantes en alta mar capaces de producir energía renovable a gran escala.
Fuente: es.gizmodo.com
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