Serendipia entre impresoras 3D: un estudiante de posgrado del MIT Media Lab decidió aprovechar el defecto de los huecos que el proceso deja en el plástico para producir textiles poliméricos flexibles de unas forma más sencilla y económica.
Los huecos que las impresoras 3D dejan a veces en los materiales poliméricos se conciben como defectos no deseados, pero en realidad, pueden aprovecharse. Así lo ha hecho Jack Forman, un estudiante de posgrado del MIT Media Lab, creadora de un programa que se nutre de este fallo para generar tejidos plásticos flexibles más rápidos y ecónomicos.
Habitualmente, las impresoras del tipo de modelado de deposición fundida (FDM) de uso común crean artículos extruyendo capas sucesivas de plástico fundido. Una vez que las capas de plástico depositado se enfrían y se fusionan, forman un objeto sólido endurecido. Cuando no se extruye suficiente plástico debido a errores técnicos o de programación el producto final aparece horadado por diminutos huecos.
Forman se lanzó a aprovechar el error, creando un programa que hace que las impresoras FDM de bajo costo y listas para usar se sub-extruyan en un patrón preciso y controlado. El preciso material resultante está compuesto de diminutos pilares de plástico polímero unidos entre sí por finas hebras de polímero.
Los “DefeXtiles” resultantes -así es como los ha bautizado su creador- tienen una calidad similar a la del tul, ya que toman la forma de una malla fina y flexible. Sus aplicaciones son creativas y variadas, desde faldas de tamaño completo a sábanas de encaje tradlúcidas,, un rollo de tela lo suficientemente largo como para estirar a través de un diamante de béisbol y una pantalla de lámpara eléctricamente conductora con pliegues que pueden ser pellizcados juntos para encenderla.
En el futuro se estima que los DefeXtiles podrán servir para fabricar mallas quirúrgicas con propiedades mecánicas ajustables, así como prototipos y diseños de elevadísima personalización en la industria de la moda.
Fuente: ticbeat.com