Roma se apresura a limpiar el grafiti de su Panteón con tecnología láser

Desde primera hora de la mañana de este martes tres expertos se afanan en limpiar la pintada con espray aparecida en uno de los muros del milenario Panteón de Roma, una “tragedia” que indignó a la ciudad y al mundo pero que será subsanada mediante tecnología láser.

Este excepcional edificio de dos milenios de antigüedad fue objeto de una pintada con la que alguien quiso aclarar, con espray azul, que “Aliens exist” (los alienígenas existen), según dejó escrito.

Y no tuvo reparos en hacerlo sobre el muro de piedra exterior del templo, en concreto del espacio que separa su interior de su imponente pronaos, sostenida con tres filas de columnas de mármol egipcio.

El grafiti conmocionó a vecinos y turistas pero el ayuntamiento ya ha comenzado a limpiarlo y este martes, segundo día de labores, ya había conseguido limpiar dos tercios del ultraje.

El láser, un aliado

La clave ha sido la última tecnología láser, que aplicada a baja intensidad “está eliminando las micras de partículas de color que están aferradas en la superficie de mármol”, explicó a Efe la directora del monumento, Gabriella Musto.

A pesar de la infernal ola de calor que golpea Italia estos días, los restauradores trabajan sin descanso con el láser y con un gel anti-grafiti específico para “los aspectos materiales de la delicada superficie” de este prodigio de la arquitectura romana, fundado en el 27 a.C pero reconstruido en el siglo II, en tiempos del emperador Adriano, tras sufrir un infierno.

Pero, ¿quedará marca? Según la directora no hay de qué preocuparse pues no quedará ningún rastro de este acto vandálico, “el primero en los últimos diez años”, aunque se requerirán trabajos suplementarios para recuperar el color de la piedra.

“Los resultados son eficaces y los estamos obteniendo en el tiempo esperado”, aseguró con confianza Musto, quien recordó que esta técnica láser, aunque nunca antes fue usada para eliminar pintura en los muros de piedra del Panteón, “es segura y eficaz”.

Ya a primera hora de la mañana de este martes, los curiosos que se detenían ante el templo para observar su limpieza pudieron comprobar, con alivio, como ya solo quedaban una especie de ojos de alienígena que acompañaban a la pintada.

“Una buena señal” sobre el procedimiento que se está siguiendo, según la directora.

Sin embargo, será necesario trabajar en un “pequeña restauración cromática y pictórica” para eliminar el rastro blanco que de momento se ve donde se encontraba la pintura y que “en poco tiempo” habrá desaparecido por completo.

“Estamos seguros de que en poco tiempo resolveremos este daño enorme”, sostuvo Musto.

En busca del vándalo

Las autoridades aún buscan a los autores de este graffiti, una tarea difícil habida cuenta de que la zona está desprovista de cámaras de vigilancia y la de los edificios de las inmediaciones estaban desconectadas.

Por ello, la directora del Panteón pidió a las fuerzas de seguridad que “den apoyo, sobre todo en las horas donde el ministerio de la Cultura no puede proteger estos monumentos, como las nocturnas, cuando no hay servicio de custodia”.

“Es necesario -remarcó- un apoyo más activo y constante cerca de los lugares de la cultura que son frágiles y que están bajo los ojos y las manos de todos”, como este imponente edificio en el corazón mismo de la ciudad.

En plena temporada turística, cientos de personas entran cada día y de forma totalmente gratuita a este antiguo monumento y, precisamente, son algunos de esos visitantes los que se están volcando, a su manera, en su reparación.

Pues, a pesar del infortunio, la directora agradeció la cercanía de la ciudadanía: “Un grupo de ciudadanos nos ha ayudado trayendo agua y comida por simple solidaridad”.

El Panteón de Agripa, conocido así por el nombre del yerno de Augusto que levantó su primera versión hace dos milenios, es uno de los monumentos más queridos de Roma, conocido en todo el mundo por su enorme cúpula, de 43,44 metros de diámetro, 150 pies romanos.

A lo largo de su historia sobrevivió a incendios, terremotos, a las bombas y hasta a las reestructuraciones planteadas por los papas, como los dos campanarios u “orejas de burro” añadidas en el siglo XVI por orden de Urbano VIII Barberini (en Roma suele decirse que “lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini).

En la actualidad, ya sin “orejas”, es una iglesia católica que alberga en su interior las tumbas de los dos primeros reyes de Italia, Vittorio Emanuele II y su hijo Umberto I, pero también del pintor de pintores, Rafael.

Es decir, todo un símbolo de Italia que ahora se recupera de la afrenta sufrida.

Fuente: infobae.com