Una semana después de la explosión y hundimiento del petrolero «Sanchi», el Gobierno chino ha logrado que robots subacuáticos lleguen hasta el pecio, mientras continúan las labores de limpieza de la zona afectada por una de las catástrofes ambientales más graves que ha vivido China en décadas.
El Ministerio chino de Transporte informó hoy en un comunicado de que los robots fueron introducidos durante los días 20 y 21 y que pudieron comprobar el estado de los restos del barco y cómo quedaron destruidos o gravemente dañados tras las explosión.
Hace unos días y tras encontrar los restos sumergidos en el mar, las autoridades chinas anunciaron que estaban preparando el envío de robots para examinarlo y ver cómo podían limpiar el posible crudo que quedara dentro.
El Ministerio de Transporte informó además que hasta el día 21 se ha limpiado un área de 87,3 millas náuticas.
En total han participado en las tareas un total de 62 barcos especializados en rescate, buques de la policía marítima y barcos de limpieza que utilizaron 27,45 toneladas de líquido disolvente, entre otros productos.
El ministerio avisó que en los próximos días habrá fuertes ráfagas de viento y fuertes olas que afectarán «adversamente» la limpieza, el monitoreo y las operaciones subacuáticas en el sitio.
En su último informe con datos del domingo por la noche, la Administración Nacional de Océanos informó que las manchas del derrame son tres y cubren ya una superficie de 332 kilómetros cuadrados.
En los últimos días el tamaño de las manchas ha variado mucho, ya que el viernes era de 260 kilómetros cuadrados, el sábado se redujo a 199 kilómetros cuadrados y hoy ha vuelto a subir, aunque continúa sin conocerse la verdadera magnitud de la catástrofe, ya que el Gobierno chino todavía no ha hecho ningún balance.
En una de sus pocas comunicaciones al respecto, en una rueda de prensa celebrada el pasado viernes las autoridades chinas de salvamento marítimo indicaron que estudiaban la posibilidad de reflotar el Sanchi para frenar el derrame de combustible en la zona de su hundimiento.
Sin embargo, el Gobierno no ha vuelto a hacer referencia a esa posibilidad y se presupone que el petrolero, de 274 metros de eslora y hundido a unos 115 metros de profundidad, continúa soltando crudo al mar. Según los expertos, le podían quedar unas 1.000 toneladas en el momento del hundimiento.
El buque se hundió el pasado día 14 a unos 530 kilómetros al sureste de Shanghái, tras una gran explosión y después de arder durante ocho días y estar a la deriva, a raíz de colisionar el 6 de enero en alta mar con el mercante hongkonés CF Crystal.
Cuando ocurrió el accidente el Sanchi llevaba unas 136.000 toneladas de condensado de petróleo, un producto muy volátil e inflamable, pero que también se evapora y arde con facilidad.
En cambio, el fuel del combustible -que posiblemente es lo que se está derramando ahora- es mucho más contaminante para las aguas y la fauna marina.
En el barco viajaban 32 tripulantes que no pudieron ser rescatados con vida y de los cuales solo se encontraron tres cadáveres.
Las organizaciones medioambientales temen que esta sea una de las catástrofes ambientales más graves de los últimos años, ya que el mar Oriental de China es uno de los espacios marinos más ricos y productivos que existen en el planeta.
Fuente EFE