Nueva clase de supercondensador sin carbono

Los dispositivos de almacenamiento de energía llamados supercondensadores se han convertido en una cuestión destacada de la investigación, en parte porque pueden ser recargados con suma rapidez y suministrar intensas ráfagas de energía. Sin embargo, actualmente todos los supercondensadores usan componentes hechos de carbono, que requieren altas temperaturas y sustancias peligrosas para su fabricación.

Ahora, unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, y de otras entidades, han desarrollado un supercondensador que no utiliza carbono en absoluto, y que podría potencialmente suministrar más energía que las versiones existentes de esta tecnología.

El equipo de Mircea Dinca, del MIT, ha encontrado una clase totalmente nueva de materiales para supercondensadores.

Una ventaja del material usado por Dinca y sus colaboradores en estos experimentos es que puede hacerse bajo condiciones mucho menos peligrosas que las necesarias para los materiales basados en el carbono, que requieren temperaturas por encima de los 800 grados centígrados y sustancias reactivas peligrosas para su pretratamiento.

Los supercondensadores, con su capacidad de almacenar cantidades relativamente grandes de energía, podrían desempeñar un importante papel a la hora de convertir las fuentes energéticas renovables en algo lo bastante práctico para su implantación definitiva en el mundo como fuentes principales de energía. Podrían proporcionar un almacenamiento a escala de red eléctrica que pudiera ayudar a abastecer de electricidad a los usuarios en aquellos momentos puntuales en que la demanda de electricidad supera a la generación, gracias a posibilitar un buen almacenamiento del excedente de energía logrado en momentos de baja demanda. También se podrían utilizar en vehículos eléctricos y otras aplicaciones.

Los nuevos supercondensadores, incluso sin ninguna optimización de sus características, ya alcanzan o superan el rendimiento de las versiones actuales (basadas en el carbono) en ciertos parámetros clave, como su capacidad de soportar un elevado número de ciclos de carga/descarga. Las pruebas han mostrado que pierden menos del 10 por ciento de su rendimiento después de 10 mil ciclos, algo en lo que igualan a los actuales supercondensadores comerciales.

Fuente: noticiasdelaciencia.com