Miden un rendimiento casi perfecto en semiconductores de bajo coste
Nuevas mediciones en la Universidad de Stanford han ratificado la tecnología de puntos cuánticos como reemplazo de bajo coste a los semiconductores convencionales de cristal único en la eléctrónica avanzada.
Aunque los puntos cuánticos, partículas pequeñas y fáciles de producir, han comenzado a penetrar en el mercado de consumo, en forma de televisores de puntos cuánticos, se han visto obstaculizados por las incertidumbres sobre su calidad.
«Los semiconductores tradicionales son cristales únicos, que se cultivan al vacío en condiciones especiales. Estos que ahora podemos fabricar en grandes cantidades –en un matraz, en un laboratorio– hemos demostrado que son tan buenos como los mejores cristales únicos», dijo David Hanifi, estudiante graduado en Química en Stanford y coautor del artículo escrito sobre este trabajo, publicado en Science.
Los investigadores se centraron en la eficiencia con que los puntos cuánticos reemiten la luz que absorben, una medida reveladora de la calidad de los semiconductores. Si bien los intentos anteriores de averiguar la eficiencia de los puntos cuánticos apuntaban a un alto rendimiento, este es el primer método de medición para demostrar con confianza que podrían competir con los cristales únicos.
«Estos materiales son tan eficientes que las mediciones existentes no fueron capaces de cuantificar lo buenos que son. Este es un gran paso adelante», dijo Paukl Alivisatos, profesor de Nanotecnología en Berkeley, pionero en los puntos cuánticos y autor de la investigación. «Puede que algún día habilite aplicaciones que requieran materiales con una eficiencia de luminiscencia muy superior al 99 por ciento, la mayoría de las cuales aún no se han inventado».
Ser capaz de evitar la necesidad de un equipo de fabricación costoso no es la única ventaja de los puntos cuánticos. Incluso antes de este trabajo, había señales de que los puntos cuánticos podrían acercarse o superar el rendimiento de algunos de los mejores cristales. También son altamente personalizables. Cambiar su tamaño cambia la longitud de onda de la luz que emiten, una característica útil para aplicaciones basadas en color, como etiquetar muestras biológicas, televisores o monitores de computadora.
Fuente: europapress.es