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Mexicana crea chaqueta que convierte al interfaz para aplicaciones y realidad virtual

Una experiencia extracorporal es la sensación de que la mente se separa del cuerpo. Su aparición se debe a factores psicológicos y neurológicos como traumas cerebrales, privación de los sentidos y el consumo de drogas alucinógenas. Pero la realidad virtual (RV) también ofrece una experiencia parecida, al transportar la mente a escenarios que sólo existen en el terreno digital mientras el cuerpo permanece anclado al mundo físico. Esta capacidad permite experiencias fascinantes como la de convertirse en una vaca camino al matadero para aumentar la sensibilidad con el mundo animal. Sin embargo, también representa una de los mayores problemas para la adopción de la tecnología, ya que la disociación virtual entre el cuerpo y la mente suele asociarse a mareos y vómitos.

Algunas estrategias para solucionar este problema incluyen diales para regular el nivel de intensidad de la experiencia virtual a la tolerancia del usuario. Pero la joven Linda Franco propone un enfoque contrario: en lugar de reducir la intensidad, su idea consiste en aumentar la conexión del cuerpo con el entorno virtual para minimizar la sensación de separación. Para ello, emplea wearables que registran y transmiten la información de los movimientos corporales y, al mismo tiempo, proporcionan retroalimentación física para aumentar la vinculación entre cuerpo y mente. Gracias a esta propuesta, la joven se ha convertido en una de los ganadores de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017 de MIT Technology Review en español.

A través de su empresa, Machina, Franco ha creado OBE (iniciales de out of body experience, experiencia extracorpórea en inglés), una chaqueta con sensores diseñada más como pieza de ropa que como dispositivo periférico. La idea es que su atractivo diseño y portabilidad haga que los consumidores la quieran llevar todo el rato, y no sólo tenerla en su casa como si fuera otro mando de la videoconsola. Los acelerómetros, textiles piezoeléctricos y red de motores vibradores pueden programarse para ser usados más allá de su aplicación en RV. “Las posibilidades se convierten en infinitas”, garantiza Franco.

Pero la realidad virtual no es el único foco de Machina. La empresa, que nació en 2012, alcanzó cierta fama en 2014 por otro de sus productos, la MIDI Jacket, una chaqueta que permite crear música mediante sensores que captan los movimientos del cuerpo. Para llegar a este producto, Franco recuerda que había que comenzar por “entender a fondo los casos de uso de la tecnología y combinarlos con una comprensión profunda de la industria de la moda”. Gracias a su cuidado diseño, la MIDI Jacket fue incluida en la selección de las prendas tecnológicas más bonitas de la revista Wired.

Ahora la empresa de Franco da un paso más allá y pone la tecnología desarrollada para esta chaqueta, perfeccionada, al servicio de más amplias aplicaciones, desde la RV, los videojuegos, pilotar drones con el cuerpo, hasta potenciales usos deportivos y el ámbito de la salud. En el caso de OBE, Machina ofrece un kit para que los desarrolladores de software puedan crear nuevos usos para su prenda. A día de hoy hay dos universidades que colaboran con Machina para que sus estudiantes aprendan a desarrollar nuevas aplicaciones.

Para el médico e inventor peruano Benjamín Castañeda, miembro del jurado de Innovadores menores de 35 Latinoamérica 2017, el trabajo de Franco fomenta el tipo de innovación que puede literalmente cambiar el mundo.

Fuente: tecnnologyreview.es