El ingeniero Martin Cooper reconoce en una entrevista para el diario CNBC que «la próxima generación tendrá el teléfono incrustado bajo la piel de sus orejas».
Martin Cooper, también conocido como ‘el padre del teléfono móvil’, hizo la primera llamada telefónica de la historia el 3 de abril de 1973. Este hito marcó un antes y un después en lo que se refiere a los sistemas tradicionales de comunicación, ya que, tras contemplar el éxito de esta encomienda, Cooper ofreció a los ciudadanos de Nueva York (Estados Unidos) la posibilidad de probar dicha tecnología para que conociesen el funcionamiento del móvil con el que hizo la llamada, el modelo Motorola Dyna-Tac.
A pesar de que este móvil parecía un ladrillo, con el paso del tiempo, los smartphones han ido evolucionando a nivel estético y técnico para convertirse en pequeños dispositivos de bolsillo. Pero, de cara a un futuro, ¿cómo serán estos aparatos electrónicos? Martin Cooper afirma al diario CNBC que «la próxima generación tendrá el teléfono incrustado bajo la piel de sus orejas. Estos dispositivos no necesitan cargarse, ya que el cuerpo es el cargador perfecto. Cuando comes, tu cuerpo crea energía, ¿verdad? Ingieres alimentos y tu cuerpo crea energía. Hace falta muy poca energía para que funcione este auricular».
Básicamente, su visión insinúa que los cuerpos estarán ‘equipados’ con microchips y sensores, debido a que, según Cooper, los teléfonos se han vuelto «demasiado complejos» al tener «numerosas aplicaciones y una pantalla que no se adapta a la curvatura del rostro humano»: «Cada vez que hago una llamada telefónica y no tengo un auricular, tengo que tomar este trozo de material plano contra mi cabeza curvada [y] mantener mi brazo en una posición incómoda».
No obstante, a pesar de que Cooper nunca imaginaría que los móviles se convertirían en pequeños dispositivos con los que se puede hacer cualquier cosa, este ingeniero adoptó un tono optimista sobre el futuro, sugiriendo que los «mejores días de la tecnología» pueden estar por venir en campos como la educación y la atención médica.
El móvil es imprescindible en nuestro día a día
Si echa la vista atrás, Cooper reconoce al diario CNBC que «hace 50 años era una época muy primitiva» porque «no había Internet, no había circuitos integrados a gran escala, no había cámaras digitales»; añadiendo que sabía que «algún día todo el mundo tendría un teléfono móvil».
Por otro lado, el ingeniero afirma que, en la actualidad, hay más suscriptores de telefonía móvil que habitantes en el mundo, y dos tercios de la población mundial tiene un teléfono móvil personal. Por lo tanto, piensa que «el teléfono se está convirtiendo en una extensión de la persona».
Fuente: 20minutos.es