Un nuevo estudio del MIT da una esperanza a los bosques del mundo. Un nuevo compuesto podría evitar la tala indiscriminada de árboles
Si nos fijamos en cuáles son los principales problemas medioambientales que pueden afectar al futuro de la humanidad, nos encontramos que los niveles altos de polución, la crecida del nivel del mar o, por supuesto, la desertización del suelo, son las principales variables que lo componen. La deforestación, en cambio, tiene una apreciación algo distinta. Es como si tuviese un papel secundario, ¿verdad? Este motivo debería tener la misma importancia que el resto, ya que es algo evitable.
Más todavía teniendo en cuenta que existen otros materiales que pueden desempeñar el mismo rol que los bienes derivados de la madera. Es cierto que el consumo de papel se ha reducido de forma notable a raíz de la digitalización, pero lo cierto es que esta materia prima no para de ser extraída de los bosques. De hecho, esto es así con cada vez más una mayor frecuencia, así lo indica Globe News Report, cuyas estimaciones apuntan a que en el año 2026 la industria maderera generará hasta 900 mil millones de dólares. ¿Es sostenible esta forma de entender este bien escaso y tan necesario para el ser humano?
Es de vital importancia encontrar fórmulas alternativas y, por supuesto, esto es lo que ha hecho un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT en sus siglas en inglés). El proyecto ha consistido, básicamente, en la creación de lo que se conoce como madera sintética, la cual ha sido creada en un laboratorio. Este experimento puede servir de base para crear un nuevo compuesto que permita la tala indiscriminada de árboles en el medio y largo plazo.
Veamos, por tanto, cuál es la composición de esta nueva solución, por qué se trata de una alternativa diferencial en lo que se refiere a innovación sostenible y, por supuesto, que se espera de esta especie de madera sintética a lo largo de los próximos años. He aquí las claves para entender un concepto revolucionario que tendría como objetivo conseguir un nuevo material sustitutivo de gran parte de las opciones convencionales en las que la madera era el factor clave.
Una madera objeto de impresora 3D para sustituir al producto natural
Las impresoras 3D, con el paso del tiempo, se están convirtiendo en la principal rama de la tecnología de la próxima década. Sus aplicaciones prácticas no paran de crecer y, por este motivo, nos encontramos ante un momento clave en lo que se refiere a su investigación. En el caso de la tecnología desarrollada por el MIT, los investigadores afirman que se puede producir madera de cualquier forma y tamaño, un elemento clave a tener en cuenta debido a sus implicaciones técnicas.
El proyecto originario tenía como principal base de operaciones la imitación de células madres respecto de las que se pueden observar en el compuesto vegetal. Para ello, sirvió como modelo una planta con flores llamada zinnia común. Los investigadores trataron las células vegetales con un material compuesto a base de gel enriquecido con nutrientes y hormonas, una solución que permitía a esta tecnología duplicarse como si de un proceso natural se tratase.
Ashley Beckwith, la coordinadora del grupo de trabajo, junto a su equipo, uso impresoras 3D para crear estructuras diseñadas a medida a partir de las células cultivadas en el gel. Este proceso de creación de la madera sintética duró 3 meses, consiguiéndose un resultado muy satisfactorio. Este fue el primer paso para entender hasta qué punto nos encontramos ante una tecnología revolucionaria. Sin duda alguna, lo más llamativo fue la capacidad de este material para crecer.
Una tecnología más eficiente que la madera convencional y con menos desperdicio
Si observamos la madera utilizada para la fabricación de una mesa y la comparamos con el árbol del que precede, se puede llegar a la conclusión de que se está derrochando el uso de este material. La madera es un bien escaso y, sin embargo, se desperdicia a gran escala debido a los múltiples cortes que deben realizarse. Acude a un aserradero y sabrás a lo que nos estamos refiriendo. Mediante este proceso, se puede dar forma al producto de forma directa.
De acuerdo con la información de Interesting Engineering, el ser humano cada año tala hasta un total de 15 millones de árboles, lo cual está teniendo ya implicaciones medioambientales. Es necesario, por tanto, buscar formas alternativas de utilizar productos alternativos a la madera. El uso de otras opciones más sostenibles, así como la práctica del reciclaje a gran escala, puede contribuir de forma muy notable a una mejora de la situación. Las conclusiones de este estudio podrían tener la clave.
Pese a que el experimento se encuentra en una fase inicial, los resultados han sido muy satisfactorios. Se espera, por tanto, que se introduzcan mejoras en los próximos meses con el fin de obtener una estimulación mayor para contar con más madera sintética en un menor plazo de tiempo. En un futuro, la industria de la madera podría refundirse para crear espacios en los que el laboratorio sería el eje de su ventaja competitiva.
Fuente: mundodeportivo.com