Un niño que clava unas tijeras a su madre cuando le quita el teléfono móvil; una adolescente que se vuelve a su casa desde 50 kilómetros porque se ha olvidado su iPhone; o personas con taquicardias y síndrome de abstinencia por haber perdido su móvil. Son solo algunos ejemplos de la adicción a los teléfonos móviles que sufre (sufrimos) hoy en día. Estas son las claves que nos dan los expertos para detectar si somos adictos.

La adicción a los teléfonos móviles es un problema que afecta cada día a más personas y que, por el momento, tiene difícil solución. Los adolescentes y los más jóvenes son el colectivo más vulnerable a las cuatro principales patologías que han nacido a raíz del uso excesivo del teléfono móvil, pero también los adultos somos parte del problema.

Dejarles el móvil a nuestros hijos para que se entretengan y «nos dejen en paz» un rato y regalarles teléfonos a una edad temprana para que no se sientan marginados en el colegio no son las mejores ideas del mundo si queremos que, cuando crezcan, no hayan desarrollado una adicción aún mayor y que puede derivar en otras adicciones como al juego online o al cibersexo.

Fuente: Tecnoxplora