Creado el primer robot que se orienta sin GPS

Un nuevo robot andante inspirado en las hormigas ha conseguido ser el primero que puede explorar su entorno al azar y volver a casa automáticamente, sin GPS ni mapas, equipado con una brújula celeste.

Este trabajo abre nuevas estrategias de navegación en vehículos autónomos y robótica bionspirados, según sus autores, científicos del CNRS, el organismo oficial de investigación francés.

Los ojos humanos son insensibles a la luz polarizada y la radiación ultravioleta, pero ese no es el caso de las hormigas, que lo utilizan para ubicarse en el espacio. Las hormigas del desierto de Cataglyphis, en particular, pueden cubrir varios cientos de metros bajo la luz solar directa en el desierto para encontrar comida, y luego regresar en línea recta al nido, sin perderse.

No pueden usar feromonas: salen cuando la temperatura quema la menor caída. Su extraordinario talento para la navegación se basa en dos piezas de información: el rumbo medido con una especie de “brújula celeste” para orientarse utilizando la luz polarizada del cielo y la distancia recorrida, medida simplemente contando pasos e incorporando la velocidad de movimiento relativa al Sol medido ópticamente por sus ojos. Distancia y rumbo son las dos piezas fundamentales de información que, una vez combinadas, les permiten regresar sin problemas al nido.

Brújula óptica

AntBot, el nuevo robot diseñado por los investigadores del CNRS y la Universidad de Aix-Marsella (AMU), copia las excepcionales capacidades de navegación de las hormigas del desierto. Está equipado con una brújula óptica utilizada para determinar su rumbo por medio de luz polarizada, y por un sensor de movimiento óptico dirigido al sol para medir la distancia recorrida.

Armado con esta información, se ha demostrado que AntBot puede, como las hormigas del desierto, explorar su entorno y regresar por sí solo a su base, con una precisión de hasta 1 cm después de haber cubierto una distancia total de 14 metros. Con un peso de solo 2,3 kilos, este robot tiene seis pies para una mayor movilidad, lo que le permite moverse en entornos complejos, precisamente donde el despliegue de robots y drones con ruedas puede ser complicado (áreas de desastre, terreno accidentado, exploración de suelos extraterrestres, etc.).

La brújula óptica desarrollada por los científicos es sensible a la radiación ultravioleta polarizada del cielo. Usando esta “brújula celeste”, AntBot mide su rumbo con una precisión de 0,4 grados mediante clima despejado o nublado. La precisión de navegación lograda con sensores minimalistas demuestra que la robótica bioinspirada tiene una capacidad inmensa de innovación, según un comunicado.

Aquí tenemos un trío de avances. Se ha desarrollado un robot novedoso, se han diseñado sensores ópticos nuevos, innovadores y poco convencionales, y AntBot aporta nuevos conocimientos sobre cómo navegan las hormigas del desierto, al probar varios modelos que los biólogos han imaginado para imitar a este animal. Antes de explorar aplicaciones potenciales en robótica aérea o en la industria del automóvil, por ejemplo, se debe avanzar, por ejemplo, en cómo operar este robot por la noche o en distancias más largas.

Esta brújula se compone de solo dos píxeles coronados por dos filtros polarizados que se convierten en equivalentes a un sensor óptico compuesto de dos filas de 374 píxeles.

Fuente: europapress.es