Construcción más eficiente de edificios pequeños mediante impresión 3D

La lista de materiales que pueden ser producidos por impresión 3D ha crecido para incluir no solo plásticos sino también metal, vidrio e incluso alimentos. Ahora, unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, están ampliando aún más esta lista, con el diseño de un sistema que puede imprimir en 3D la estructura básica de todo un edificio.

Las estructuras construidas con este sistema podrían ser producidas más deprisa y de forma más barata de lo que permiten los métodos tradicionales de construcción. Un edificio podría asimismo ser hecho completamente a medida de las necesidades de un lugar en particular y de los deseos de su constructor. Su estructura interna se podría también modificar de maneras innovadoras; se podrían incorporar materiales diferentes conforme se avanzase en el proceso, y la densidad del material se podría variar para proporcionar la combinación óptima de resistencia, aislamiento, u otras propiedades.

En última instancia, según los creadores del nuevo sistema, este enfoque podría permitir el diseño y construcción de nuevas clases de edificios que no serían viables con los métodos de construcción tradicionales.

Este sistema robótico es obra del equipo de Steven Keating, Julian Leland, Levi Cai y Neri Oxman.

El sistema consiste en un vehículo oruga que transporta un gran brazo robótico industrial, el cual dispone de otro brazo robótico más pequeño y capaz de realizar movimientos precisos en su extremo. Este brazo altamente controlable se puede emplear para dirigir cualquier boquilla de construcción convencional (o no), como las usadas para verter hormigón o para rociar material aislante, así como dispositivos adicionales de fabricación 3D y otros.

A diferencia de los sistemas de impresión 3D típicos, la mayoría de los cuales usan algún tipo de estructura fija anexa para sostener sus boquillas y se ven limitados a construir objetos que quepan dentro de su estructura global, este sistema de movimiento libre puede construir un objeto de cualquier tamaño. Como demostración, los investigadores usaron un prototipo para construir la estructura básica de las paredes de una cúpula de 3,6 metros de alto y unos 15 metros de diámetro, un proyecto que se completó en menos de 14 horas de tiempo de “impresión”.

Se pretende que el sistema acabe siendo autosuficiente. Está equipado con una pala que serviría tanto para preparar la superficie sobre la que construir el edificio como para conseguir materiales locales destinados a la propia construcción, como sería el caso de tierra que hubiera que colocar y apisonar. La idea es que tales sistemas puedan ser desplegados en regiones remotas, a las que sería difícil llevar el personal y maquinaria típicos de la albañilería, o en áreas donde la destrucción súbita de viviendas por un terremoto u otra catástrofe natural requiera construir otras lo antes posible y la albañilería convencional se tope con las mismas dificultades logísticas.

Fuente: noticiasdelaciencia.com