Así fue la carrera espacial privada este 2018: hasta ahora la va ganando SpaceX

Si el año pasado se vislumbraban hasta 4 compañías que podían entrar a una carrera espacial (SpaceX, Blue Origin, ULA y Virgin Galactic), este año ha quedado claro que solo una ha sacado ventaja frente al resto: la empresa fundada por Elon Musk. SpaceX no solo logró probar su potente Falcon Heavy, sino que ha perfeccionado sus cohetes reusables y su cápsula Dragon. Esto sin contar sus ambicioso planes a futuro.

Aun así, el 2018 ha sido un buen año. Aunque no todas las empresas han podido seguirle el paso a SpaceX, eso no quiere decir que hayan experimentado algunos avances. Es más, una nueva compañía llamada Rocket Lab ha entrado con fuerza en las grandes ligas a pesar de su pequeño tamaño y presupuesto.

En este artículo haremos un repaso por los momentos más importantes de este nuevo episodio de la carrera espacial privada.

El nuevo del barrio

El 21 de enero, comenzando el año, la división neozelandesa de la compañía espacial estadounidense Rocket Lab lanzó con éxito tres pequeños satélites (y uno propio) a bordo de su cohete espacial Electron. La empresa, ya había intentado realizar un lanzamiento similar en 2017 pero problemas con la telemetría impidieron que los recién llegados logren su objetivo.

Con esta prueba exitosa, Rocket Lab entra en el competitivo mundo de los lanzamientos espaciales. Su ventaja frente al resto de veteranas es que, al lanzar cohetes relativamente pequeños y ligeros, se puede centrar en un mercado especializado como el de los cubesats para institutos, pequeñas empresas o universidades.

Impresionante por donde se le mire

Si enero trajo sorpresas, el mes que le siguió fue de ciencia ficción: SpaceX, la compañía espacial que hasta hace unos años había sufrido para mantenerse a flote, probó su impresionante cohete Falcon Heavy, el más potente en la actualidad. El lanzamiento fue hecho el 6 de febrero desde Cabo Cañaveral en Florida, EE.UU. y reafirmó la supremacía de la empresa fundada por el excéntrico Elon Musk.

SpaceX no solo logró lanzar sin problemas ese gigante de 70 metros de altura y 2 millones de kilos de despegue, sino que puso en órbita marciana el tesla rojo del propio Elon Musk. A bordo del auto, que está girando alrededor del Sol, viaja Starman, un muñeco vistiendo el traje de astronauta que está desarrollando SpaceX. Finalmente, y para darle un toque artístico al hito, dos de los tres propulsores del Falcon Heavy aterrizaron sincronizadamente en la base de lanzamiento. Toda una coreografía espacial.

El Falcon Heavy es importante porque nos devuelve la capacidad de poner objetos cada vez más pesados en el espacio, un paso elemental si queremos convertirnos en una especie que explore en universo.

La temporada de anuncios

Los meses que siguieron a estos hitos fueron menos tumultuosos y las pruebas dieron paso a los anuncios, cada uno más ambicioso que el otro. Por ejemplo, la veterana ULA (United Launch Alliance) dijo que estaba trabajando en un cohete reusable más competitivo que el Falcon Heavy. Unos meses después, Blue Origin, la compañía de Jeff Bezos, anunció que lanzaría su programa de turismo espacial el año siguiente. Aunque, como suele ser su política, Blue Origin ha mantenido total hermetismo con respecto a los detalles. Más adelante, en octubre, Rocket Lab anunció que construiría una plataforma de lanzamiento en Virginia, EE.UU.

En este aspecto SpaceX tampoco se quedó atrás y realizó varios anuncios. El primero fue que ya había comenzado a construir su cohete pesado Big Falcon Rocket o BFR. Al menos en teoría, esta gigantesca nave podría llevar un grupo de humanos a Marte… o a la Luna. Y ese justamente fue el centro de su segundo anuncio: el 14 de setiembre Elon Musk presentó a quién sería el primer humano en regresar a la Luna luego de casi 50 décadas. El nombre del afortunado es Yusaku Mezawa, un empresario japonés propietario de varias empresas de comercio electrónico, quien viajaría en 2023 a nuestro satélite acompañado de 6 a 8 personas.

Otros avances y… traspiés

Aunque SpaceX no haya vuelto a dar imágenes alucinantes, no quiere decir que no haya experimentado mejoras, a menudo la ciencia es así: pequeños pasos imperceptibles para el público que sumados significan un gran avance.

Por ejemplo, la empresa fue perfeccionando la tecnología para reutilizar sus cohetes. En mayo, probó exitosamente el Block 5, la modificación del cohete Falcon 9 con el que SpaceX podrá lanzar dos veces un mismo día. Luego, el 4 de diciembre, lanzó por tercera vez un mismo cohete obteniendo uno de sus objetivos: la reusabilidad segura.

Sin embargo, el espacio es un negocio peligroso, y tan solo dos días después de su éxito con la reutilización, uno de sus cohetes experimentó problemas al momento de aterrizar y terminó en el océano. Aunque en esta vez no explotó. El cohete que, lamentablemente, sí explotó fue el de la compañía china LandSpace.

Así mismo, unas semanas antes se supo que, el también CEO de Tesla, había despedido a 7 altos ejecutivos de SpaceX por no haber cumplido las metas en desarrollar su sistema de satélites Starlink con el que planea llevar internet a cualquier parte del mundo.

Otras noticias que resaltaron durante el año fue el anuncio del concurso organizado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y Blue Origin para colocar una base en la Luna, y la intención del multimillonario Yuri Milner para buscar vida en Encelado, la gélida luna de Saturno.

Fuente: nmas1.org