Aerogeneradores para tifones, del desastre natural a la energía del futuro
Los tifones causan cada año estragos en Japón y otros países del Pacífico, pero la descomunal fuerza de estas tormentas tropicales también podría aportar la energía del futuro en la región gracias a un aerogenerador experimental nipón.
Con este objetivo trabaja el ingeniero japonés Atsushi Shimizu y su empresa innovadora Challenergy, que ha desarrollado un prototipo de turbina eólica adaptado a los vientos huracanados y de dirección cambiante generados por tan devastadores fenómenos meteorológicos.
En lo que va de año, en el océano Pacífico se han registrado una veintena de tifones o ciclones tropicales. Uno sólo de ellos desencadena la energía suficiente para proveer a Japón con electricidad durante 50 años.
«Son uno de los recursos energéticos más prometedores del país», explica a Efe Hikaru Miyazaki, portavoz de Challenergy, quien ve en los tifones la solución a los problemas de autoabastecimiento energético de Japón tras el apagón nuclear posterior a la crisis de Fukushima.
Un estudio del Ministerio nipón de Medio Ambiente sitúa la capacidad de generación de energía eólica del país en 1.900 millones de gigavatios anuales, pero su aprovechamiento es complicado debido a la accidentada geografía nipona, a las condiciones meteorológicas y al trazado de las redes eléctricas, entre otras barreras.
Challenergy lleva cinco años desarrollando un generador capaz de funcionar en condiciones extremas y de ajustarse a cambios de velocidad y dirección del viento, para lo cual ha adaptado el diseño al efecto Magnus.
En este fenómeno físico, la rotación de un objeto afecta a su trayectoria a través del aire u otros fluidos, algo que puede observarse en cómo se desvía una pelota de fútbol al ser lanzada con fuerza y de forma que gire sobre su eje.
La turbina experimental consta de un eje sobre el que se monta una rueda con tres cilindros giratorios independientes que transforman la energía cinética del viento en electricidad, dispositivos más versátiles y resistentes que las hélices instaladas en los aerogeneradores convencionales.
«Lo novedoso de nuestro diseño es su eje vertical que le otorga una gran ventaja frente a los molinos eólicos, cuyas aspas se rompen con facilidad en Japón por el paso de tifones», señala Miyazaki, quien también destacó otras ventajas como su menor ruido e impacto sobre las aves.
El prototipo ha sido probado con éxito en la isla de Okinawa (sudoeste del archipiélago nipón) con vientos de tan solo 36 kilómetros por hora, donde fue capaz de generar 1 kilovatio (kW) de electricidad.
El reto es ahora lograr que el aparato continúe generando electricidad de forma estable en circunstancias como las registradas en la propia Okinawa a comienzos de octubre debido al paso del supertifón Chaba, que causó vientos de hasta 270 kilómetros por hora.
Challenergy tiene previsto comercializar su aerogenerador para 2020 con una capacidad de 10 kilovatios, y para ello cuenta con la ayuda de un fondo público-privado nipón y un crédito estatal, y además ha puesto en marcha una campaña de financiación colectiva en internet.
Se trataría de un generador pequeño que podría aportar el suministro eléctrico de emergencia a una zona afectada por los frecuentes apagones causados por tifones, según Miyazaki, quien aspira a crear una turbina «mucho más grande» en el futuro y capaz de convertir la energía en hidrógeno en lugar de electricidad.
El proyecto nació tras el accidente atómico de Fukushima causado por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, a raíz del cual Japón se vio obligado a reducir su consumo eléctrico y a sustituir la nuclear por otras fuentes de energía, principalmente por las fósiles.
«Japón tenía que dejar atrás su dependencia de la energía nuclear», afirma Miyazaki, quien añade que pese a la «postura pública de apoyo a las empresas de energías renovables», continúa sin haber una apuesta clara del sector privado por este camino.
El Gobierno japonés se ha propuesto aumentar para 2030 la proporción de electricidad generada mediante renovables del 3 por ciento actual a un 15 por ciento para 2030.
En el caso de la energía eólica, su avance también se ha visto limitado en Japón debido a la complejidad de los procedimientos burocráticos y por los estudios de impacto necesarios para construir nuevas instalaciones.
Este tipo de energía aporta actualmente el 0,5 por ciento de la demanda eléctrica total, lejos de los niveles de países como Alemania (9,6 por ciento), Estados Unidos (4,4 por ciento) o China (2,8 por ciento).
Fuente: Emol.com