2020, el año del 5G para América Latina
Pocas veces la evolución de una tecnología ha sido tan disruptiva como el paso del 4G al 5G, comparable quizás tan solo al paso de los celulares anteriores a los smartphones. Desde el internet de las cosas al definitivo establecimiento de sistemas en streaming realmente fiables, el 5G promete revolucionar nuestro mundo, el año en el que estamos a punto de entrar será también el de su entrada en el subcontinente.
Las economías más potentes de Latinoamérica son las candidatas más firmes para ser las primeras en recibir la nueva tecnología del 5G, por lo tanto, es muy posible que durante el 2020 veamos como da sus primeros pasos en Colombia, México, Chile, Argentina y Brasil, pero ¿qué puede ofrecernos el 5G?
Un mundo de máquinas autónomas
Desde que comenzó la Revolución Industrial los seres humanos compartimos nuestro mundo con las máquinas. Si miramos a nuestro alrededor comprobaremos que estamos rodeados de ellas, y cada vez se introducen en más y más ámbitos de nuestra vida, desde el cuidado de los ancianos hasta la guerra.
Un concepto muy de moda durante los primeros años del presente siglo fue el de la domótica, sustantivo que se refiere a la automatización de la vivienda. Por ejemplo, una hipotética cafetera inteligente podría detectar que nos hemos levantado y comenzar a preparar café para que cuando terminemos de quitarnos las legañas tengamos una deliciosa taza esperándonos, y así con cualquier electrodoméstico. Si además están conectados por la ultrarrápida red 5G a máquinas externas a nuestro domicilio, podrían por ejemplo, enviar una orden de compra, cuando detecten que nos falta algún consumible del tipo que sea.
Otra de las aplicaciones del 5G es la automoción autónoma, valga la redundancia. Una autopista poblada por coches inteligentes conectados entre sí daría como resultado una conducción mucho más segura que la actual, al tener una capacidad de reacción mucho más rápida que el mejor conductor de rallye.
Una conexión sin tiempos de espera
Si bien una conexión no tan rápida como debiera no es tan grave cuando estamos disfrutando del último capítulo de La Casa de Papel en nuestro sofá, puede ser realmente desesperante cuando estamos jugando un videojuego por streaming, ya que el periodo de latencia entre que pulsamos el botón en nuestro mando y el personaje reacciona en la pantalla debe ser casi inexistente, de lo contrario la experiencia se estropea totalmente. Esto es aún más importante en los e-sports profesionales, ya que lo que hay en juego puede ser una auténtica fortuna, o cuando estamos haciendo trading online.
Un servicio que no funciona todo lo bien que debiera es el streaming, ya sea de productos audiovisuales, Netflix, o de videojuegos, PS Now.
Además, podremos visualizar videos de plataformas como YouTube y de las redes sociales en nuestros celulares prácticamente sin los nunca bienvenidos tiempos de carga.
Formación y autoempleo
Si bien las conexiones actuales ya garantizan para el que trabaja o estudia desde su computador una experiencia bastante llevadera, nunca estará de más disponer de una mayor velocidad de línea, ya que al estar conectados más y más aparatos cada día a nuestra red wifi doméstica, la velocidad de conexión actual tiene un límite que ya empieza a quedarse corto.
Siguiendo con el ejemplo anterior del trading online, si por ejemplo lo que nos interesa es estudiar cómo invertir en petróleo mediante CFDs (contratos por diferencia en los cuales operamos apalancados, esto es, mediante una inversión inicial más o menos pequeña podemos abrir operaciones por un valor superior, por ejemplo si ingresamos en nuestra cuenta 100 dólares y queremos abrir una operación por 1.000 dólares estaríamos apalancados en relación 1/10) esto requiere de una experiencia previa y un estudio de los mercados amplio, y por lo tanto lo último que quiere un trader es que la lentitud de la red le dificulte la tarea. Siempre recuerden, los CFDs son productos financieros de riesgo muy alto a los que no hay que acceder sin una experiencia previa muy extensa y sin comprender que, al igual que las ganancias potenciales son enormes, también lo son las pérdidas, donde al “jugar” con dinero prestado podemos acabar muy endeudados si nos va mal.
El 5G ha llegado para quedarse y es una buena noticia. En un mundo cada vez más globalizado y automatizado, el poder contar con una conexión a internet rápida y fiable ya no es un lujo, es una necesidad, y parece que la nueva generación de redes cubrirá con creces dicha necesidad.