Halloween terminó, pero las historias de terror continúan y en esta oportunidad no están asociadas a mitos. Una mujer australiana, madre de un niño enfermo con varicela, declaró que estuvo regalando paletas dulces contaminadas con varicela durante la festividad alegando que estas podrían transmitir la infección a los niños y ayudarlos a ser inmunes de por vida.
La información proviene de una publicación compartida por un grupo pro-vacuna llamado “Light for Riley”, según la cual Sarah Walker, a cuyo nombre responde la mujer, publicó en un grupo antivacunas de Facebook privado llamado “Alto a la vacunación obligatoria” que su hijo había contraído varicela, y junto con ello, sus planes para Halloween:
“¡Entonces mi hermoso hijo tiene la varicela en este momento y ambos hemos decidido ayudar a otros con inmunidad natural este Halloween! Tenemos el paquete abierto y cerrado y no podemos esperar para ayudar a otros en nuestra comunidad”.
Se trata de una idea descabellada, por supuesto, pero aún no se ha podido corroborar si el perfil de Sarah Walker relacionado con la publicación es real, ni mucho menos si en realidad distribuyó estas golosinas infectadas
Fiestas de varicela
A pesar de sonar increíble en nuestra actualidad, la verdad es que no es una idea demasiado innovadora. De hecho, parece estar basada en el concepto de “fiestas de varicela”, una tendencia popular hasta un poco antes de 1995, cuando aún no se había lanzado una vacuna contra la enfermedad.
Las fiestas de varicela consistían en que los padres colocaran a los hijos sanos dentro de la misma habitación que un niño con varicela, a fin de que estos contrajeran la enfermedad y “acabaran con ella” por medio de la inmunidad. Tal parece que esta costumbre está resurgiendo en nuestros tiempos, sobre todo entre los miembros de movimientos antivacunas.
Según se ha informado, las fiestas de varicela funcionan bajo la premisa de que las personas que contraen la varicela, no la vuelven a padecer nunca en su vida. Sin embargo, aunque esta creencia está muy arraigada, no hay evidencia científica de que contraer dicha infección aumentará la inmunidad de una persona.
De hecho, puede considerarse una práctica riesgosa, pues no es posible predecir qué tan grave podría llegar a resultar un caso de varicela en particular, incluso si ocurre en un niño sano.
No somos inmunes luego de enfermarnos
Los movimientos antivacunas aseguran que contraer infecciones como la varicela o el mortal sarampión, así como la meteorización y la curación, con las formas más naturales y efectivas de prevenir su regreso en el futuro.
Pero lo único cierto es que actualmente no hay evidencia de ello. Contraer estas u otras enfermedades similares no es mejor para nuestra salud a largo plazo, al menos no en comparación con las vacunas, de las que sí hay evidencia científica de su eficiencia. Tal como indica la pediatra Natasha Burgert:
“Es incorrecto que contraer la enfermedad natural fortalezca su inmunidad, por lo que no necesita una vacuna, que es una opción mucho más segura. La gente no se da cuenta de que la razón por la que fabricamos vacunas es porque no pueden matar a los niños”.
Inmunidad colectiva por medio de las vacunas
La mejor manera de proteger a los niños y a la humanidad en general de las enfermedades es por medio de las vacunas, según los estudios científicos actuales. Las vacunas están elaboradas a partir de los microorganismos patógenos, pero debilitados o muertos, y se ha demostrado que estos crean anticuerpos seguros para la protección de los individuos.
Los médicos recomiendan vacunar a cualquier niño que no esté médicamente exento de sufrir una afección, en lugar de este enfoque de exposición resurgido. De esta forma, no solo se protegerá la vida del niño, sino que también se creará inmunidad colectiva.
Fuente: tekcrispy.com