Algo positivo que nos está dejando la epidemia -porque sí lo hay- es una ola de esfuerzos conjuntos de instituciones en el ámbito académico y científico en pro de encontrar respuestas en la lucha contra Covid-19. Y ello en sí mismo ya es positivo. Aunque no se llegara a una prueba, un ventilador o un tratamiento eficaz, la unión de voluntades en estos tiempos es bueno por donde se le vea.
Una de ellas es la alianza que el TecSalud impulsa con universidades, empresas, hospitales y otras instituciones para sacar en México por un lado una prueba diagnóstica y, por otro, una opción terapéutica con amplia probabilidad de ser efectiva contra el virus epidémico.
La terapia es un suero desarrollado a partir de caballos, el cual funciona parecido al plasma de pacientes ya recuperados con capacidad de neutralizar al SARS-CoV-2. Ya se viene probando en los hospitales del TecSalud en Monterrey -San José y Zambrano Hellión- y en el Instituto Nacional de Nutrición (INCMNSZ). Ahora se busca extender las pruebas en otros hospitales como el INER y el CMN Siglo XXI del IMSS.
El plasma convaleciente también se prueba en varias instituciones, incluido Nutrición donde el TecSalud participa en un estudio interinstitucional, pero es difícil por la identificación de pacientes recuperados y por la complejidad de hacerlo masivo. Con el suero proveniente de caballos es como subirlo al siguiente nivel y poder convertirlo en una medicina a ser colocada en farmacias.
El entusiasmo del rector de tecSalud, Guillermo Torre Amione, en este proyecto es grande. Conforme los avances y resultados, lo ve muy factible, e incluso ya está hablando con la farmacéutica Silanes para la producción masiva una vez que se cuente con la suficiente evidencia científica requerida para que la autoridad regulatoria lo autorice. Esto último confía lograrlo pues todos los hospitales están necesitados de contar con terapias para probar en los pacientes infectados con Covid-19.
El doctor Torre Amione nos explica que este suero es como el siguiente nivel del plasma. Sólo que en vez de extraerlo de pacientes que ya superaron el contagio y generaron anticuerpos, aquí se trata de extraer la proteína de la sangre de caballos infectados; esa inmunoglobulina se purifica y se convierte en suero para aplicarlo en humanos. La gran ventaja es que esa tecnología ya está probada y existe en México, la tiene Silanes desde hace muchos años produciendo sus antivenenos, que bajo buenas prácticas de manufactura (BPM) exporta a todo el mundo, e incluso cuenta con certificación de FDA, el regulador sanitario estadunidense.
Lo que falta es hacer un pequeño cambio en ese proceso; en vez de usarlo para antivenenos y otros virus, ajustarlo para el virus pandémico. De lograrlo, México estaría sacando un antiviral efectivo contra el Covid19 a fines del 2020 o principios del 2021. Sería una primicia mundial que pondría a México en un lugar muy importante.
A la fecha no hay en el mundo algún antiviral de verdad efectivo contra Covid19, porque ninguno de los que se han probado han mostrado evidencia científica objetiva contundente; las evidencias han sido pequeñas.
El rector de TecSalud busca empujar este proyecto en coalición con Funsalud, con la iniciativa Juntos por la Salud, con el Instituto de Nutrición y con Silanes. Calcula en unas 6 semanas estar registrando el protocolo ante Cofepris. Confía en que cumpliendo bien todo el proceso y la regulación, Cofepris estará abierta a aprobarlo -así les sucedió con su protocolo de plasma- y a darle celeridad considerando que los pacientes mexicanos necesitan con urgencia una terapia efectiva.
¿Se imagina usted un medicamento mexicano con tecnología mexicana que sea un parteaguas para la enfermedad del Covid en México y el mundo? Suena como un sueño, pero el Dr Torre Amione lo ve muy factible; todo está en que sí haya voluntades y disposición institucional para apoyarlo.
Fuente: eleconomista.com