El país tiene el sistema público de trasplantes más grande del mundo, en operación desde los años 1990

Lucas Rocha, de 29 años, dice que nunca olvidará la primera vez que pudo correr. Nacido con fibrosis quística, una condición genética que afecta los pulmones y obstruye las vías respiratorias, el estudiante y consultor óptico de São Paulo dependió durante años de un aparato de oxígeno.

Eso cambió en 2019, tras un trasplante de pulmón. “Me emocioné al poder respirar sin ayuda de una máquina. Empecé a correr libre, con el viento en la cara, y no quería parar”, cuenta el joven, quien incluso escribió un libro contando su historia.

Lucas es uno de los miles de beneficiarios de la red brasileña de donación de órganos, el sistema público de trasplantes más grande del mundo.

Tanto la lista de potenciales receptores como la relación de donaciones disponibles son gestionadas por el SUS (Sistema Único de Salud), bajo la responsabilidad del SNT (Sistema Nacional de Trasplantes), explica la doctora Gabriela Nonticuri Bianchi, médica intensivista del Hospital Moinhos de Vento, en Porto Alegre, referente en el procedimiento.

Fuente: folha.uol.com.br