La reducción de defensas es un mito

Comúnmente conocidas como anginas, las amígdalas son una importante defensa frente a los agentes patógenos que penetran por vía bucal. Sin embargo, en algunos casos es necesario retirarlas, ¿qué es lo que sucede a largo plazo si las quitan?

Las amígdalas palatinas ayudan a eliminar las bacterias y otros microorganismos para prevenir infecciones en el cuerpo, sin embargo, no recae sobre ellas todo el peso de la defensa inmunitaria.

Éstas forman parte del anillo linfático de Waldeyer, el cual está conformado por células de defensa que implican aún más amígdalas. Además de las palatinas, existen otras posicionadas por debajo de la lengua (linguales) y otras por detrás de la nariz (adenoides y tubáricas). A su vez, el anillo es uno de los elementos del sistema linfático el cual elimina las infecciones y mantiene equilibrados los fluidos corporales.

De esta manera, se comprende que las amígdalas palatinas o anginas son un elemento dentro de todo un sistema preparado para defender al organismo. Su extirpación indicada en casos específicos contribuye a la mejora de la salud y, asimismo, las otras amígdalas que forman parte del anillo de Waldeyer compensan la producción de los niveles de defensa. Es por ello que no se pierde ninguna línea de defensa en su ausencia, esto según la otorrinolaringóloga pediatra M. Adriana Zapata Montoya, graduada de la Universidad de Costa Rica y docente.

¿Por qué se extirpan?

El sitio Medline Plus precisa que algunos menores pueden tener amígdalas de gran tamaño, causándoles problemas para respirar durante el sueño llamado apnea o dificultades para tragar.

En otros casos, las amígdalas pueden atrapar un exceso de bacterias, lo que puede significar dolores de garganta e infecciones bacterianas frecuentes. En ambos casos, son más perjudiciales que protectoras.

La amigladectomía, que es el proceso de extirpación de las amígdalas, permitirá liberar las vías respiratorias y evitará el desarrollo de más infecciones.

Fuente: elsiglodetorreon.com.mx