Saludslider

Qué es el fidgeting y cómo controlarlo en tu cuerpo, según la ciencia

Un estudio revela que los movimientos involuntarios pueden tener beneficios sorprendentes para el cuerpo y la mente

Una serie de movimientos involuntarios representan más beneficios para las personas de lo que parece. Esas reacciones físicas son definidas como fidgeting.

Este término podría traducirse como “inquietud”. Engloba a los distintos movimientos involuntarios de piernas o brazos. Por lo general, las personas los hacen sin darse cuenta.

Los beneficios del fidgeting

El fidgeting fue tratado por la Universidad de Delaware en Estados Unidos. A través de una investigación, concluyó que lejos de ser solo una distracción, como sugiere su nombre, estos movimientos repetitivos e incontrolables pueden traer beneficios significativos para la salud.

Estos movimientos involuntarios no solo están presentes en niños con TDAH o autismo; también se presentan en personas de todas las edades. Incluso, se piensa que podrían ser parte del código genético de cada persona. Entre sus beneficios, están:

  • Mejora la concentración y la memoria: estos movimientos estimulan el cerebro y aumentan el flujo sanguíneo. Se traduce en una mejor concentración y retención de información.
  • Reduce el estrés y la ansiedad: actúa como una forma de autorregulación, ayuda a canalizar la energía nerviosa y calmar los nervios. Los movimientos repetitivos liberan dopamina, un neurotransmisor que produce sensaciones de bienestar y relajación.
  • Quema calorías: el fidgeting implica un gasto energético adicional. Un estudio publicado en la National Library of Medicine encontró que las personas que lo practican pueden quemar hasta 800 calorías adicionales por día.
  • Mejora la creatividad: estimula el pensamiento y permite que la mente divague. Esto puede ser beneficioso para artistas, escritores o cualquier persona que necesite pensar de forma creativa.

¿Cómo controlar el fidgeting?

Aunque el fidgeting puede ser beneficioso, en exceso podría interferir con tareas laborales o educativas. Los investigadores sugieren algunas formas de controlarlo:

  • Identificar los detonantes: es fundamental comprender qué situaciones o emociones desencadenan los movimientos para evitarlos.
  • Canalizar la energía: usar objetos como pelotas antiestrés o cubos de Rubik puede ayudar a enfocar la atención y controlar la inquietud.
  • Enfocarse en la respiración: hacer respiraciones profundas, apretar y relajar los músculos de las manos o cambiar de posición pueden ayudar a reducir los movimientos.

Si el fidgeting es excesivo, los expertos recomiendan consultar a un médico para descartar condiciones de salud subyacentes.

Fuente: tn.com.ar