Tienes ganas de orinar, pero hay un email que enviar, y tal vez otro después o alguna tarea en la casa o el trabajo. O prefieres esperar a llegar a tu casa antes que usar un baño público en dudosas condiciones de higiene.
Acabas esperando tanto que cuando finalmente vas al baño lo haces casi a los saltos con una vejiga a punto de explotar. Es común postergar ir al baño a orinar a pesar de que el cuerpo lo pida. Pero ¿es malo para salud?
“No va a pasar nada”
Expertos consultados por BBC Mundo señalan que, de por sí, procrastinar a la hora de orinar no es dañino en la gran mayoría de los casos.
“A una mujer joven que está trabajando o haciendo las tareas de su hogar y aguanta para ir al baño porque está atendiendo a su hijo no le pasa nada“, dijo a BBC Mundo el urólogo argentino Gustavo Villar, jefe de sección de urología del Hospital Español en Buenos Aires y jefe del servicio de urología de Obra Social del Docente (OSPLAD).
Es fundamental dar el mensaje, según el doctor Villar, que aguantar voluntariamente las ganas de ir baño no produce una infección urinaria. “No hay nada que diga que sí”.
“Ahora, si la paciente ya tiene una enfermedad y una patología de infecciones urinarias a repetición, vejigas hipoactivas por cuestiones neurológicas o por diabetes ése es otro tema. En ese caso se le indica, “no aguante, cuando le llaman las ganas de orinar”.
“En el caso de la mujer joven que trata de no orinar porque está en otra cosa, ¿eso le puede producir un trastorno en el futuro? La respuesta es no”.
“Con el aguante normal, cuando uno no va porque esta viendo la telenovela, no va a pasar nada”. Pero, por otro lado, “si su organismo le permite estar 12 o 14 horas sin orinar tomando líquido es porque es una vejiga que ya no está normal. Algo le pasa a ese paciente“.
Villar destaca que “si u na persona joven que tiene una infección urinaria seguramente no es por aguantar “.
“Se infecta por otros mecanismos, porque tiene problemas colónicos, no se hace una buena higiene cuando mueve el vientre o se transmite por via sanguínea una infección que se va a otro lado del cuerpo y aparece en la vejiga como puede aparecer en cualquier otro órgano”.
Por otra parte, es más común que las mujeres aguanten más que los hombres, y eso se debe a la mujer tiene una vejiga con características distintas.
“La vejiga de la mujer tiene una pared más pequeña, la mujer tiene la pelvis distinta, y no tiene próstata, entonces puede darse el lujo de aguatar un poquito más”.
Retención crónica, “algo diferente”
Es importante no confundir el simple aguante voluntario, con patologías como la retención urinaria crónica, “cuando al orinar no se vacía por completo la vejiga”, según explicó a BBC Mundo el urológo británico George Yardy, de Ipswich Hospital, en Inglaterra.
“Algunas personas pueden tener restos de cerca de medio litro de orina. Para algunos eso no causará ningún problema, pero otros pueden desarrollar infecciones urinarias recurrentes o incluso cálculos”.
Yardy señaló que existe la posibilidad, y sólo en una proporción menor, de que el aguantar orinar repetidamente pudiera contribuir al desarrollo de una retención urinaria crónica.
“No se entiende todavía con claridad por qué algunas personas desarrollan retención urinaria crónica”, dijo Yardy a BBC Mundo. Uno de los problemas es que se hacen muchas investigaciones sobre problemas de próstata o retención urinaria aguda, cuando una persona repentinamente no puede orinar.
“Pero muchas veces las personas con retención urinaria crónica son excluidas de esos estudios, por lo que no se entiende completamente este caso”.
Yardy cree que “es probable que una proporción de aquellos con retención crónica urinaria sean personas que orinan con poca frecuencia, han ensanchado su vejiga y no la vacían por completo”
“Así que no todos los que orinan con escasa frecuencia acaban teniendo retención urinaria crónica, pero es posible que una proporción sí desarrolle retención urinaria crónica con infecciones recurrentes”.
Sin embargo, es importante aclarar que es una posibilidad, y el aguante voluntario y la retención urinaria crónica son entidades totalmente diferentes.
Vejiga haragana
“En el caso de los niños usamos el término ‘vejiga haragana’ para describir precisamente eso. Se trata de niños que postergan vaciar o evacuar la vejiga”, dijo a BBC Mundo Yardy. “Son niños que no orinan con frecuencia y acaban teniendo vejigas con más capacidad que no vacían por completo”.
En el caso de la vejiga haragana en los niños uno de los tratamientos principales es simplemente un cambio de comportamiento.
“Es necesario estimularlos a que vayan al baño más frecuentemente y asegurarse de que lo hagan cada dos o tres horas, preferiblemente cada dos, y se tomen todo el tiempo necesario una vez que están allí”, explicó el urólogo británico. “Muchas veces ése es el único tratamiento que necesitan y sus vejigas se recuperan”.
Dos litros de agua, “preferentemente de grifo”
De lo que no parece haber dudas es de la importancia de tomar agua, aproximadamente dos litros por día. ¿Por qué es tan fundamental para la salud del aparato urinario?
“Porque hace un barrido mecánico, limpia el riñón, los uréteres y la vejiga. Es como el agua del arroyo que va pasando y va limpiando, no se estanca. Y al no estancarse impide que colonicen bacterias que se formen cálculos y demás”, dijo Villar a BBC Mundo.
“Si ustedes se fijan van a ver que si toman mucho líquido el color de la orina se va haciendo cada vez más claro. La primera orina de la mañana es más concentrada, más amarilla porque durante la noche no se ha tomado nada. Y si se toma mucho parece que orinamos agua, eso es lo que hace que limpie el árbol urinario”.
“De hecho a las pacientes que tienen infecciones urinarias se les dice que tomen muncho líquido”. Villar recomienda tomar agua potable del grifo o canilla.
“El agua mineral a veces tiene mucho sodio, potasio y otros electrolitos”, lo que puede crear problemas para hipertensos. “Es mucho más sana el agua del grifo”.
Fuente: BBC