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Los impredecibles peligros de los experimentos con virus letales que vuelven a permitirse en EU

En Estados Unidos venció una prohibición de tres años que impedía crear virus letales en los laboratorios.

Las autoridades sanitarias consideran que los potenciales beneficios para la salud pública pueden ser mayores que los riesgos de hacer que determinados patógenos sean más mortales o transmisibles.

Los laboratorios podrán ahora producir cepas de gripe, del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS, por sus siglas en inglés) y del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS).

La prohibición se impuso hace tres años, durante el gobierno de Barack Obama, después de detectarse graves fallos de seguridad en instituciones que realizaban trabajos relacionados con el ántrax, que es una bacteria, y la gripe aviar.

Ahora, un panel de científicos tendrá que dar luz verde a cada propuesta de investigación con virus letales.

Solo se permitirá seguir adelante si los expertos concluyen que no hay una manera más segura de realizar la misma investigación o que los supuestos beneficios justifican el riesgo de llevar a cabo el experimento.

¿Riesgo de epidemia?

Los críticos de esta medida dicen que este tipo de investigaciones podría llegar a originar una epidemia de un virus mortal de manera accidental.

“Creo que la naturaleza es la mayor bioterrorista y tenemos que hacer todo lo posible por estar un paso por delante”, dijo el presidente de la Junta Nacional de Asesoramiento Científico de Bioseguridad de EE.UU., Samuel Stanley, quien dio una orientación técnica sobre la nueva política.

“La investigación básica sobre estos patógenos por parte de laboratorios que han demostrado que pueden hacer su trabajo de manera segura es clave para la seguridad global”, agregó.

La prohibición se hizo oficial en 2014, después de conocerse casos como el de 75 trabajadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. que estuvieron expuestos a la bacteria del ántrax y tuvieron que recibir tratamiento.

También creó gran polémica el hallazgo de frascos con el virus de la viruela abandonados en una caja de cartón en un centro de investigación cerca de Washington.
Además, existía la preocupación de que la investigación sobre patógenos transmisibles pudiera usarse para crear deliberadamente un virus mutante.

Beneficios vs. riesgos

Los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. (NIH, por sus siglas en inglés) anunciaron el martes que ha llegado el momento de acabar con la prohibición de financiar investigaciones con virus letales, lo que fue aplaudido por muchos científicos.

“Estos experimentos son necesarios para comprender los riesgos potenciales que plantean los virus que aún no se pueden asociar con enfermedades, así como la forma en que se propagan y causan enfermedades”, le dijo a BBC Mundo el director del Centro de Infecciones e Inmunidad de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, Ian Lipkin.

“Las conclusiones proporcionarán nuevas herramientas para su vigilancia y pueden derivar en estrategias con las que desarrollar nuevos medicamentos y vacunas que reduzcan el riesgo de una pandemia”, agregó.

Pero otros expertos, en cambio, creen que los hipotéticos beneficios para la salud global no serán tantos como para justificar el riesgo de autorizar estas investigaciones.

Según Marc Lipsitch, un epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública Harvard TH Chan, de Boston, “esos experimentos responderán a dudas muy puntuales sobre un virus específico, pero que no necesariamente se podrán generalizar a otras cepas de virus por muy similares que sean”.

“Para comprender los principios generales de lo que hace, por ejemplo, que los virus de la gripe sean transmisibles se pueden usar y se han empleado métodos completamente seguros con cepas menos peligrosas y formas más seguras de manipularlas”, le dijo el experto a BBC Mundo.

Preguntado por las posibilidades reales de sufrir una pandemia, Lipsitch recordó cómo brotes de epidemias en la historia causaron cientos de miles de muertes y enormes pérdidas económicas.

No obstante, el epidemiólogo reconoció que “la probabilidad de que un experimento en particular pueda llevar a tales consecuencias es baja, pero la escala de las consecuencias es completamente diferente de los tipos de riesgos de bioseguridad a los que estamos acostumbrados”.

Evaluación estricta

Sin embargo, las autoridades sanitarias estadounidenses aseguraron que la autorización de estos experimentos estará sujeta a una evaluación y análisis más estrictos que en el pasado.

Para empezar, la institución donde se realice el trabajo deberá demostrar que su investigación es “éticamente justificable”.

Debe tener “la capacidad y el compromiso de llevarlo a cabo de manera segura y de responder rápidamente, de mitigar potenciales riesgos y de tomar medidas correctivas en respuesta a accidentes en el laboratorio, fallos en el protocolo y los procedimientos y posibles infracciones de seguridad”.

Y debe haber un riesgo evidente de que el patógeno en cuestión pueda ser origen de una futura pandemia humana.

El objetivo es implementar “un proceso riguroso con el que estemos realmente seguros de que lo estamos haciendo correctamente”, dijo el director del NIH, Francis Collins.

Muchos recibieron con agrado estas medidas, al considerar que en los últimos años la preparación federal y estatal ante una posible pandemia ha empeorado, siendo los recortes en la financiación un factor determinante para ello.

Según Lipkin, este proceso de evaluación es “apropiado”.

“Los laboratorios de biocontención de alto nivel de los países desarrollados están equipados para realizar este tipo de investigaciones”, apuntó.

Para el epidemiólogo Lipsitch, sin embargo, “aún no está claro” que el proceso de evaluación será suficiente.

“Aunque los mejores laboratorios del mundo pueden estar preparados, hemos visto por exposiciones accidentales que incluso en ellos se cometen errores frecuentes debido a factores humanos, aún con la mejor ingeniería implementada”.

Aunque en su opinión, “el riesgo más preocupante” es que este anuncio pueda fomentar trabajos y experimentos similares en laboratorios con menos experiencia y preparación.

Fuente: BBC Mundo