Las ventajas de las camas de hospital para el cuidado de enfermos en el domicilio

Debido a la pandemia, muchos hospitales se saturaron y la atención médica en el domicilio se convirtió en una solución viable. Otros pacientes, en cambio, requieren mantener un régimen de rehabilitación en el hogar después de estar hospitalizados. Pero para tener una buena recuperación en casa se pueden necesitar recursos que son propios del entorno hospitalario, como las camas hospitalarias. ¿Qué ventajas tienen estas camas respecto a las tradicionales? Te lo contamos.

Recuperar la salud total en casa tras una enfermedad que ha implicado cierto grado de discapacidad puede ser un proceso largo. Las camas de hospital son de gran ayuda a este respecto, mucho más que las camas tradicionales que tenemos en casa. Por ejemplo, una cama médica es mucho más cómoda cuando se requiere un período extenso de postración.

Cuando hay dificultades para la movilización, una cama hospitalaria es una opción segura. Además, los cuidadores de la persona que necesita rehabilitación sufren menos con uno de estos artículos de atención hospitalaria. Y, con este tipo de camas, se pueden lograr posiciones que favorezcan la recuperación o rehabilitación, algo que con las camas tradicionales es más complejo de hacer.

Las camas hospitalarias pueden enfocarse en la satisfacción de las necesidades de una persona enferma o en recuperación. Es posible que algunas personas necesiten recuperarse en casa por una enfermedad, u otros decidan hacer de la casa un pequeño hospital. En ambos casos, la cama de hospital es ideal.

Sea que no se desee ir al hospital por miedo o porque se prefiera tener privacidad durante su periodo de enfermedad, hay que considerar tener los recursos adecuados para la recuperación. Con una cama médica es posible lograr que la atención médica en domicilio sea flexible y confortable para paciente y cuidador.

¿Cómo beneficia usar una cama médica?

Al estar mucho tiempo en reposo, existe el riesgo de que la circulación sanguínea se enlentezca y ocurran trombos que causen problemas graves en la salud de una persona. Pero con estas camas se facilita el flujo sanguíneo de quien necesita estar postrado por mucho tiempo. De esta manera, evitar las complicaciones de la sedestación prolongada.

La inclinación del espaldar de una cama de uso hospitalario aumenta las ventajas de su uso. En algunas enfermedades, pulmonares, cardíacas o neurológicas, se deben adoptar determinadas posiciones. Por ejemplo, en personas que padecen neumonías se recomienda no acostarse completamente, sino estar semisentado; con la cama de hospital se puede inclinar el espaldar en ángulos de 0 a 85 %, como sea necesidad de la persona encamada.

También hay que mencionar que a las camas de uso médico se les puede variar la altura, lo que facilita que el cuidador pueda tener un manejo ergonómico del paciente. Además, la persona en cama corre menor riesgo de sufrir caídas, pues estas camas tienen barandillas de protección.

Las camas tradicionales no pueden adaptarse a las circunstancias físicas y de salud de una persona. Por eso, es posible que cumplir la recuperación o recibir tratamiento en casa, reposando en estas camas, sea contraproducente. En tales casos, lo mejor es considerar una cama que pueda adaptarse a la altura del enfermo, que pueda modificarse a las circunstancias y enfermedad del usuario.