Científicos de Japón identificaron en un estudio, una correlación entre la microbiota y la resistencia a la insulina. Los resultados del trabajo, publicado en Nature, podrían impulsar nuevas formas de detección temprana y tratamiento de esta patología. Cuál podría ser el rol de los probióticos
La resistencia a la insulina es una de las claves principales que subyacen al síndrome metabólico y a la diabetes tipo 2. Estudios anteriores han descrito las características de la microbiota intestinal y su papel en la metabolización de los principales nutrientes en relación directa con la resistencia a la insulina. En particular, se ha propuesto que el metabolismo de los carbohidratos de los comensales contribuye con hasta el 10 % de la extracción total de energía del individuo, desempeñando así un papel en esencial en situaciones de obesidad, prediabetes y diabetes tipo 2.
En un avance que tiene al mundo científico muy esperanzado, un numeroso grupo de especialistas del Laboratorio de Ecosistema Intestinal perteneciente al Centro RIKEN de Ciencias Médicas Integrativas (IMS) de Yokohama, en Japón, han descubierto un posible punto de inflexión en la batalla contra la obesidad y la diabetes.
Su reciente estudio, que fue publicado en Nature, reveló el papel prometedor de las bacterias intestinales en el diagnóstico, prevención y tratamiento de afecciones como la obesidad, la prediabetes y la diabetes tipo 2. Este innovador trabajo arroja luz sobre el microbioma humano, los billones de bacterias que residen en nuestro interior, lo que podría abrir una nueva era de innovación médica.
Mediante un análisis de muestras fecales de más de 300 adultos durante controles médicos de rutina, los investigadores han identificado ciertas bacterias intestinales asociadas con la resistencia a la insulina. Este hecho ocurre cuando la hormona responsable de regular los niveles de azúcar en sangre es ineficaz, lo que provoca aumento de peso y un mayor riesgo de prediabetes y diabetes tipo 2.
Avances prometedores
El estudio, dirigido por Hiroshi Ohno en el Centro RIKEN, encontró que los individuos con mayor resistencia a la insulina y niveles más altos de carbohidratos fecales tenían un predominio de la bacteria Lachnospiraceae en su microbioma. Por el contrario, aquellos con menor resistencia a la insulina y menor presencia carbohidratos fecales exhibieron niveles más altos de bacterias Bacteroidales.
Para investigar más a fondo las posibles opciones de tratamiento, los investigadores cultivaron la bacteria en un laboratorio y la probaron en ratones obesos. Una especie particular de Bacteroidales llamada Alistipes indistinctus mostró resultados prometedores. Los roedores tratados con esta especie experimentaron niveles más bajos de azúcar en sangre, una resistencia a la insulina significativamente mejorada y una reducción de los carbohidratos disponibles.
Este estudio allana el camino para futuras terapias y herramientas de diagnóstico para la salud humana. Ohno sugiere que “las pruebas de detección de bacterias Lachnospiraceae podrían indicar prediabetes, mientras que el tratamiento con probióticos que contienen A. indistinctus puede mejorar la intolerancia a la glucosa en personas con prediabetes”.
Sin embargo, advirtió el experto, “antes de que se puedan recomendar los probióticos para tratar la resistencia a la insulina, estos hallazgos deben verificarse mediante ensayos clínicos en humanos”.
La comprensión del microbioma intestinal y su impacto en la salud ha dado lugar a diversas opciones de tratamiento. Los trasplantes fecales, en los que se introducen heces y bacterias de donantes sanos en personas enfermas, se han utilizado con éxito para tratar infecciones potencialmente mortales. Los investigadores están explorando cómo se pueden aplicar estos conocimientos para abordar la obesidad, la enfermedad de Crohn, las alergias y otras afecciones.
La reciente aprobación de la primera píldora fecal por parte de la FDA, elaborada a partir de bacterias intestinales saludables, marca un paso significativo hacia un mayor acceso a los trasplantes fecales.
A medida que los científicos continúan ahondando en los misterios del microbioma intestinal, la posibilidad de utilizar bacterias intestinales para combatir la obesidad y la diabetes es una vía prometedora para futuros avances médicos. Además del desarrollo de nuevas opciones farmacéuticas para perder peso. El estudio de las bacterias intestinales presenta una oportunidad innovadora para abordar dos de los desafíos de salud más importantes de nuestro tiempo. Con investigaciones y ensayos clínicos en curso, la integración de tratamientos basados en bacterias intestinales puede revolucionar nuestro enfoque para combatir la obesidad y la diabetes.
Fuente: infobae.com