Entre los factores de riesgo asociados con el deterioro cognitivo se destacan la obesidad, la actividad inflamatoria a lo largo de la enfermedad y la edad avanzada
Un reciente estudio publicado en la revista de acceso abierto ‘RMD Open’ ha arrojado luz sobre la relación entre la actividad inflamatoria causada por la artritis reumatoide (AR) y el deterioro cognitivo. La investigación, liderada por Pablo Cabezudo-García del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (IBIMA BIONAND), sugiere que esta enfermedad inflamatoria sistémica puede afectar significativamente varias funciones cognitivas.
Deterioros cognitivos específicos
El estudio destaca una disminución en capacidades visoespaciales, memoria, pensamiento abstracto y funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, concentración e inhibición. Aunque la actividad inflamatoria en la AR se ha asociado previamente con varios efectos sistémicos, incluyendo en el cerebro, no estaba claro qué dominios cognitivos específicos podían verse afectados hasta ahora.
Metodología del estudio
Para explorar esta relación, los investigadores compararon la función cognitiva de 70 adultos con AR, mayoritariamente mujeres con una edad promedio de 56 años, con 70 voluntarios sanos emparejados por edad, sexo y nivel educativo. La mayoría de los pacientes (72%) presentaban niveles moderados a altos de actividad inflamatoria sistémica, a pesar del tratamiento farmacológico convencional. Estos pacientes habían padecido la enfermedad durante un promedio de 10,5 años.
Entre junio de 2022 y junio de 2023, los 140 participantes se sometieron a una evaluación neurológica y psicológica integral, incluyendo pruebas cognitivas validadas y evaluaciones del estado de ánimo y calidad de vida. Las capacidades cognitivas específicas evaluadas fueron: procesamiento y ordenación de información visoespacial, denominación, atención, lenguaje, pensamiento abstracto, recuerdo diferido y orientación, además de funciones ejecutivas.
Resultados y factores de riesgo
Los resultados revelaron que los pacientes con AR obtuvieron puntuaciones medias más bajas en la Evaluación Cognitiva de Montreal (23 frente a 25) y en la función ejecutiva en comparación con los voluntarios. Se registró deterioro cognitivo en el 60% de los pacientes, en contraste con el 40% de los voluntarios. Además, los pacientes con AR presentaron puntuaciones más altas en ansiedad y depresión, y puntuaciones más bajas en calidad de vida.
Significativamente, aquellos con deterioro cognitivo mostraban una actividad inflamatoria más sustancial y persistente, eran más propensos a presentar síntomas de depresión y tenían una menor capacidad física. Entre los factores de riesgo asociados con el deterioro cognitivo se destacaron la obesidad (casi 6 veces el riesgo) y la actividad inflamatoria a lo largo de la enfermedad (alrededor del doble del riesgo). La edad avanzada y el menor nivel educativo también fueron factores de riesgo, al igual que en la población general.
Síntomas de procesos autoinmunes contribuirían a la disminución de la función cognitiva
Los investigadores sugieren que la inflamación crónica, los procesos autoinmunes y los síntomas persistentes de dolor y fatiga asociados con la AR podrían contribuir a la disminución de la función cognitiva. Sin embargo, dado que se trata de un estudio observacional, no se pueden extraer conclusiones definitivas sobre los factores causales. Además, los investigadores reconocen varias limitaciones en sus hallazgos, como la falta de pruebas de diagnóstico por imagen para detectar el daño vascular asociado con el deterioro cognitivo.
A pesar de estas limitaciones, los resultados del estudio subrayan la necesidad de un control más temprano y estricto de la actividad de la artritis y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas dirigidas a mitigar el riesgo de deterioro cognitivo en pacientes con AR. «Estos resultados apoyan la hipótesis de que la artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria sistémica crónica que afecta a múltiples sistemas, incluido el tejido neural», concluyen los investigadores.
Fuente: medicinaysaludpublica.com