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Identifican un biomarcador en sangre que detecta la fatiga crónica

Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford han identificado gracias a la nanoelectrónica un biomarcador que permite detectar con un sencillo análisis de sangre el síndrome de fatiga crónica. En la actualidad no hay ninguna prueba diagnóstica que permita identificar esta enfermedad que produce un agotamiento incapacitante, cefaleas, trastornos del sueño o dolores articulares, entre otros. Tanto es así que incluso en muchas ocasiones incluso se duda de su existencia. Por ello, aunque aún es pronto, este trabajo puede ser una buena noticia para aquellos pacientes que requieran certificar científicamente esta condición.

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), aún se encuentra en fase piloto. En la investigación se tomaron muestras sanguíneas de 40 personas, 20 con el síndrome de fatiga crónica y otros tantos sin ella, y se analizaron cómo las células inmunitarias respondían al estrés. Los resultados identificaron con exactitud a todos los enfermos con síndrome de fatiga crónica y a ninguno de los participantes sanos.

Para esta prueba, los científicos crearon unos nanodispositivos que contienen miles de electrodos que crean una corriente eléctrica, y unos compartimentos en donde se introdujeron las muestras de sangre. En ellos, las células inmunitarias y el plasma sanguíneo interfirieron con la corriente eléctrica, y se midieron los cambios en pequeñas porciones de energía. Las muestras de los enfermos con síndrome de fatiga crónica reaccionaban con grandes alteraciones, mientras las de los participantes sanos permanecían estables.

Este biomarcador permitiría también ensayar con fármacos

Esta prueba, según los investigadores, podría también ayudar a encontrar fármacos contra esta patología. Bastaría con exponer las muestras sanguíneas de los enfermos a la acción del fármaco y volver a realizar la prueba diagnóstica: si la respuesta de las células inmunitarias mejora, entonces es que el tratamiento podría funcionar.

Hoy en día el diagnóstico de este síndrome se basa en un conjunto de síntomas expuestos por el paciente, como el agotamiento, la sensibilidad a la luz y el dolor de origen inexplicable. Generalmente, se llega a él tras el descarte de otras muchas patologías. Los científicos consideran que hay una prevalencia del síndrome de fatiga crónica de entre el 0,2 y el 0,5 de la población general, siendo más frecuente entre las mujeres.

Fuente: wewconsultas.com