El reloj de nuestro cerebro atrasa dos semanas al año
Los ritmos circadianos regulan los cambios en las características físicas y mentales que ocurren en el transcurso de un día. La palabra circadiano significa “alrededor de un día”. Proviene de las palabras latinas “circa” (alrededor) y “diem” (día).
El reloj biológico de nuestro organismo controla la mayoría de los ritmos circadianos. Este reloj se encuentra en una región del cerebro llamada hipotálamo. Sin embargo, no está perfectamente sincronizado con la Tierra, y por eso atrasa dos semanas cada año que pasa.
Ritmos circadianos
Si en un experimento nos encerraran en una habitación aislada de la luz solar y del mundo exterior, nuestro ritmo interno de sueño y vigilia se ajustaría a un ciclo de 25 horas. Es decir, que cada 24 horas ganaríamos una hora. Esto se pudo comprobar, por ejemplo, en el verano de 1972, cuando el francés Michel Siffre vivió en una cueva de Texas durante 7 meses.
¿Entonces? ¿Cómo lo hacemos en el mundo real? Básicamente, la luz es la que frena este desajuste, que impacta en nuestros ojos, tal y como explica Henning Beck en su libro Errar es útil:
Esto nos permite entender el significado que tiene la precisión para la neurobiología: mientras que usted retrasa el reloj una vez al año para evitar llegar tarde cinco minutos, su cerebro se ajusta diariamente una hora. Si esto no ocurriera, nuestro reloj interior acumularía al año un error de dos semanas.
Dado que los ritmos circadianos son controlados por la luz, las personas que tienen algún grado de ceguera en ambos ojos tienen dificultad para dormir.
Así, por ejemplo, muchas personas con ceguera total tienen problemas para dormir toda la vida porque sus ojos no detectan la luz. Los suplementos de melatonina podrían mejorar el sueño de las personas con ceguera total.
También hay otros factores que calibran el reloj biológico. Estas señales se llaman zeitgebers, una palabra alemana que significa tiempo dado. El zeitgebers más importante es la luz, tanto para las plantas como para los animales, pero otros zeitgebers incluyen la temperatura, las actividades sociales, el ejercicio y el comer.
El ciclo más largo de 24,65 horas es la duración del ciclo de día noche del planeta Marte. Por lo tanto, se presenta como una buena noticia que nuestro ritmo circadiano se podría adaptar si alguna vez quisiéramos vivir en Marte.
Fuente: xatakaciencia.com