Los cigarrillos electrónicos tuvieron un momento de auge muy intenso, propiciando incluso la creación de nuevos negocios entorno a este sustituto del tabaco tradicional, debido a la falsa creencia de que su uso ayudaba a dejar de fumar y de que, además, era mucho menos perjudicial que el tabaco.

Con el tiempo, sin embargo, se detectaron en el vapor sustancias nocivas como el diacetilo, el glicerol, la nicotina o el benceno. Ahora, además, se ha descubierto que inhalar vapor procedente de los líquidos empleados puede suponer la introducción en el organismo de elementos inorgánicos tóxicos.

Así se desprende de un estudio publicado en Environmental Research, donde se indica que los investigadores hallaron 42 elementos inorgánicos en la sangre de 150 personas, como oligoelementos (tóxico en altas dosis) y otros pertenecientes al grupo de las tierras raras, reflejadas en la tabla periódica.

Los autores el estudio indican que algunos de estos elementos aparecen en la superficie terrestre y en los seres vivos como consecuencia de la mala gestión de la basura electrónica. La toxicidad que puede producir en el organismo humano, sin embargo, todavía se desconoce.

Fuente: ideal.es