Descubren las claves de la adaptación celular durante la pérdida de peso por ayuno
Una investigación del CiMUS de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) ha descubierto un nuevo mecanismo que protege al hígado del daño inducido por los periodos largos de ayuno.
El hallazgo, publicado recientemente en la revista internacional ‘Cell Metabolism’, abre las puertas a entender mejor los mecanismos de protección hepática durante el tratamiento con dietas para inducir pérdidas de peso.
El estudio ha sido dirigido por Marta Varela del grupo de investigación de Regulación de la Expresión Génica en Enfermedades del CiMUS, en colaboración con el grupo de María Luz Martínez del CICbioGUNE-CIBEREHD del País Vasco.
Según indica Varela, «durante muchos años se ha demostrado que las dietas bajas en metionina inducían adelgazamiento, sin embargo,
nuestros estudios van más allá, y demuestran que es la disminución hepática de SAMe, uno de los subproductos de la metionina, la que en realidad induce la pérdida de peso, y que una disminución excesiva o crónica de sus niveles dañarían al hígado durante las dietas de restricción calórica».
Sus estudios han encontrado que el SAMe hepático actúa como sensor metabólico de la nutrición, frenando la ‘quema de grasas’ en el hígado, y protegiéndolo. Además, han demostrado por primera vez que, durante los periodos de restricción calórica, este SAMe ha de producirse en unos lugares de la célula muy concretos, donde ejercen su papel protector.
Los investigadores proponen que una disminución crónica de SAMe en el hígado, podría ser beneficiosa al indicarle al cuerpo la necesidad de ‘quemar grasas’, y potenciar de este modo una mayor pérdida de peso durante el ayuno, sin embargo, también demuestra, que la disminución crónica de SAMe, deja al hígado totalmente desprotegido, sometiéndolo a un estrés excesivo durante esta ‘quema de grasas’ necesarias para perder peso.
Según explican los investigadores, esto se debe a que el SAMe del hígado actuaría como una ‘regadera’, apagando el estrés celular que se produce cuando aumenta la ‘quema de grasas’ durante el ayuno. Por eso es tan necesario que exista un fino equilibrio entre unos niveles de SAMe en el hígado lo suficientemente bajos como para indicar que hay que quemar grasas, pero que a su vez sean lo suficientemente altos para tener a nuestro hígado protegido de dicha quema.
Estos hallazgos podrían tener implicaciones significativas en el diseño de enfoques terapéuticos para enfermedades relacionadas con el metabolismo hepático y la regulación nutricional.
Fuente: infosalus.com