Demuestran que compuestos de la uva aumentan la energía de las células renales y mejoran su funcionamiento
Miembros del grupo Biomembranas, antioxidantes y estrés oxidativo de la Universidad de Córdoba (España), junto a investigadores internacionales, han demostrado que el Kaempferol, un compuesto de origen vegetal, promueve la fabricación de coenzima Q. Esta sustancia presente en las células fomenta la producción de energía. Los expertos han detectado que el aumento de esta sustancia se produce sobre todo en células, animales y humanas, derivadas de tejidos renales.
El organismo puede obtener la coenzima Q a través de la dieta, pero esta sustancia es principalmente producida por el propio cuerpo a través procesos celulares aún no conocidos de manera completa. En el artículo ‘Kaempferol increases levels of coenzyme Q in kidney cells and serves as a biosynthetic ring precursor’ publicado en la revista Free Radical Biology and Medicine los expertos apuntan que el Kaempferol aumenta la producción de esta enzima en células derivadas de distintos tipos de tejidos, como el renal o el hepático. En concreto, en las células del riñón, el kaempferol es hasta cinco veces más efectivo como promotor que otros antioxidantes.
Además, confirmaron tanto en líneas celulares de ratón como en células humanas cómo sustancias como el Kaempferol, el resveratrol, la quercetina, también presentes en la uva, y otros compuestos considerados antioxidantes, contribuyen a la generación de la coenzima, siendo el primero de ellos hasta 100 veces más efectivo que el resto.
Los científicos han descrito la ruta biológica de este flavonol y han detallado cómo actúa en la producción de coenzima Q. “El Kaempferol ha sido muy utilizado desde hace siglos en medicina y está presente en el vino. Hemos confirmado su acción beneficiosa, especialmente en células de riñón. La coenzima Q se produce a partir del propio Kaempferol lo que podría hacer que las células renales cumplan mejor su función al tener más energía”, indica a la Fundación Descubre el investigador José Manuel Villalba de la Universidad de Córdoba.
La coenzima Q es fundamental para transformar en energía los nutrientes que se ingieren con la dieta. Las mitocondrias, una parte del interior de las células, utilizan esta sustancia para convertir la energía contenida en nutrientes, como los azúcares o los ácidos grasos de las grasas, en energía contenida en el ATP, una molécula necesaria para que las células puedan llevar a cabo sus funciones y cumplir su misión en el organismo.
La capacidad de obtener coenzima Q puede disminuir durante el proceso del envejecimiento, sobre todo en situaciones de estrés continuo. Además, la deficiencia de esta coenzima debida a fallos en su sistema de producción celular, da lugar a enfermedades mitocondriales. Aunque pueden tratarse con suplementos, en ocasiones el tratamiento es ineficaz debido, principalmente, a la dificultad para que el coenzima Q alcance su lugar de actuación. “Por tanto, conocer de manera más completa las rutas bioquímicas por las cuales se produce esta sustancia por las células, y qué otros compuestos o genes actúan en el proceso, puede contribuir a un mejor conocimiento de estas enfermedades y a la formulación de tratamientos que, aunque no produzcan la curación completa ya son de origen genético, al menos ayuden a paliar sus consecuencias”, añade Lucía Fernández del Río, autora principal del artículo.
Durante el trabajo, los investigadores comprobaron que el Kaempferol también activaba la sirtuina, una enzima que interviene en la regulación de la expresión de genes, en la defensa celular frente al el estrés oxidativo y en la regulación de la función mitocondrial, contribuyendo a retrasar numerosas alteraciones relacionadas con el envejecimiento. Los expertos plantearon en un principio que podría existir una relación directa entre la activación de la sirtuina y la coenzima Q, pero los resultados han demostrado que en este caso no existe tal acción conjunta. Por tanto, también han podido confirmar que el Kaempferol juega un papel importante en la acción de la sirtuina, aunque no interviene como promotora de la producción de coenzima Q.
A partir de este estudio, las nuevas líneas que plantean desde el equipo de investigación se orientan por un lado a la comprobación in vivo de la acción del Kaempferol en animales, como paso previo a comprobar su posible acción en personas con deficiencias en esta coenzima. Por otro lado, pretenden continuar sus trabajos con la determinación de sus dianas celulares, es decir, comprobando los compuestos que provocan su generación o activación, ya que hasta el momento se desconocen los mecanismos exactos de estos procesos en el organismo.
El trabajo ha sido realizado junto al Instituto Buck para la investigación sobre el envejecimiento y la Universidad de California en Los Angeles, la facultad de Medicina de Vanderbilt y el Instituto Nacional de envejecimiento de Baltimore, y forma parte de los proyectos ‘Mecanismos de adaptación metabólica asociada a la restricción calórica y al contenido graso de la dieta’ y ‘Mecanismos de extensión de la longevidad en ratones que sobreexpresan CYB5R3, un nuevo modelo genético de vida prolongada’, financiados por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Fuente: noticiasdelaciencia.com