Demostrada la eficacia de la estimulación eléctrica cerebral en el tratamiento de la bulimia
La bulimia nerviosa es un trastorno mental caracterizado por una alternancia de episodios de ingesta compulsiva de alimentos y periodos de malestar y remordimiento en los que el afectado se provoca el vómito –las consabidas ‘purgas’– y adopta una dieta extrema. Un trastorno más común en la población femenina –el 1-2% de las mujeres padecerán bulimia en algún momento de su vida– que, más allá de las meras consecuencias gastrointestinales, puede conllevar complicaciones muy graves. De hecho, se estima que más de un 4% de las personas con bulimia fallecerá de forma prematura a causa del trastorno. De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del King’s College de Londres (Reino Unido) en el que se muestra que la estimulación eléctrica cerebral –o más concretamente, la estimulación transcraneal con corriente directa (tDCS)– se presenta como un método no invasivo ciertamente útil para tratar los principales síntomas asociados a la enfermedad –entre otros, la ingesta en ‘atracones’ y la restricción extrema de la alimentación.
Como explica Maria Kekic, directora de esta investigación publicada en la revista “PLOS ONE”, “nuestros hallazgos sugieren que esta técnica de estimulación cerebral no invasiva suprime la urgencia de comer compulsivamente y reduce la gravedad de otros síntomas comunes en las personas con bulimia nerviosa. Un beneficio que, cuando menos, se mantiene de forma temporal y que creemos que se produce por una mejora del control cognitivo sobre las características compulsivas del trastorno”.
Corriente estimuladora
A día de hoy ya existen diferentes tratamientos eficaces para la bulimia, caso de las terapias cognitivas del comportamiento. Unos tratamientos que, sin embargo, no resultan efectivos en un gran porcentaje de afectados, razón por la que en los últimos años se han desarrollado distintos estudios para evaluar el posible beneficio de las tecnologías basadas en las neurociencias. No en vano, y cuando menos de un modo potencial, estas tecnologías permiten actuar directamente sobre las bases neuronales de los trastornos de la conducta alimentaria, caso de la bulimia nerviosa, lo que facilita la corrección de los problemas en el sistema de recompensa y de autocontrol.
Así, en el nuevo trabajo, los autores contaron con la participación de 39 personas diagnosticadas de bulimia –37 mujeres y dos varones– a las que, según un criterio totalmente aleatoria, administraron tDCS o placebo durante dos sesiones repartidas en 48 horas. Y, exactamente, ¿en qué consiste esta tDCS? Pues, básicamente, en la administración sobre distintas regiones específicas del cerebro de una corriente de baja intensidad por medio de unos electrodos colocados en el cráneo. Una técnica que no provoca ningún dolor y que, en este caso concreto, tuvo por objetivo mejorar la función cognitiva en las áreas cerebrales relacionadas con el sistema de recompensa y el autocontrol.
Previamente a la emisión de la corriente –o del ‘placebo’–, todos los participantes habían respondido a unos cuestionarios en los que se evaluó la intensidad de sus síntomas, caso de su urgencia para comer de forma compulsiva, su autopercepción sobre su peso y su figura, su autoestima, su ‘necesidad’ de someterse a un ayuno extremo, y su autocontrol.
Concluida cada una de las dos sesiones, los resultados mostraron que los participantes sometidos a tDCS, pero no aquellos tratados con placebo, experimentaron una significativa reducción de sus síntomas asociados a la bulimia. Por ejemplo, las puntuaciones en las escalas para medir su urgencia de ingesta compulsiva se redujeron hasta 31 puntos
Es más; los autores sometieron a los participantes a un test para evaluar su grado de autocontrol. Concretamente, tenían que elegir entre coger una cantidad modesta de dinero o esperar tres meses para ser recompensados con una gran suma de dinero. Y de acuerdo con los resultados, el empleo de la tDCS –y no así el placebo’– se asoció con una probabilidad mucho mayor de aguardar por la recompensa monetaria.
Como indica Maria Kekic, “si bien estos resultados preliminares son modestos, hay una clara mejoría de los síntomas y en la capacidad de toma de decisiones tras una única sesión de tDCS. Podemos esperar que los efectos sean mucho más contundentes con una muestra más grande y múltiples sesiones de tratamiento repartidas a lo largo de un periodo mayor de tiempo. Una situación que evaluaremos en futuros estudios”.
En el propio domicilio
En definitiva, la tDCS parece mejorar los síntomas asociados a la bulimia nerviosa. Y a todo ello se une que, llegado el caso, podría ser llevada a cabo en casa para una mayor comodidad de los pacientes.
Como concluye Ulrike Schmidt, co-autora de la investigación, “la ventaja de la tDCS es que resulta mucho menos costosa y más ‘portátil’ que otras técnicas de estimulación cerebral, lo que plantea la posibilidad que el tratamiento pueda ser un día auto-administrado por los propios pacientes con bulimia en su domicilio. Además, nuestro procedimiento puede emplearse tanto como un tratamiento alternativo único como en combinación con otras estrategias, caso de las terapias cognitivas del comportamiento, para mejorar los resultados clínicos”.
Fuente: abc.es/salud