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Crean una vacuna contra el virus de la esclerosis múltiple y la enfermedad del beso

Ensayado con éxito en animales el primer inmunógeno contra el virus de Epstein-Barr

Investigadores de la farmacéutica Sanofi han desarrollado una vacuna experimental contra el Epstein-Barr, un virus que infecta a más del 95% de la población mundial, causa la mononucleosis y se asocia tanto a algunos tipos de cáncer como a la esclerosis múltiple. En un estudio realizado con animales, el fármaco logró inducir una respuesta inmunitaria contra el virus y generar anticuerpos protectores. Esos resultados, que recoge la revista Science Translational Medicine, abren la puerta a poder desarrollar la que podría ser la primera vacuna efectiva en humanos para prevenir la infección por este virus y las enfermedades que genera.

Descubierto en los años 60 del siglo pasado, el virus de Epstein-Barr es uno de los más comunes de la especie humana. Infecta a un tipo de células de defensa, los linfocitos B, y también a las células epiteliales. Se transmite principalmente por la saliva y, además de mononucleosis, la llamada ’enfermedad del beso’, de la que es el desencadenante directo, también se asocia a algunos tipos de cáncer, como el de estómago, y linfomas como los de Hodgkin y de Burkitt, entre otros. En este sentido, se calcula que está detrás de más de 200.000 nuevos casos de cáncer en el mundo cada año, que resultan en 140.000 muertes.

El patógeno es causante de 200.000 casos de cáncer al año en el mundo

Recientemente, también se ha descubierto que desempeña un papel clave para que se desarrolle la esclerosis múltiple, una enfermedad neurodegenerativa para la que no hay cura y que afecta a unas 50.000 personas en España.

Hasta el momento, no existía ningún tratamiento ni vacuna para prevenir la infección. Seguramente, esto es así porque la relación entre este virus y algunas enfermedades es un descubrimiento bastante reciente, y se trata de un virus con un genoma muy complejo con mecanismos de infección también complejos: utiliza estrategias distintas para penetrar en los linfocitos B y en las células epiteliales, lo que había dificultado hallar dianas contra las que desarrollar fármacos.

Eso es precisamente lo que han logrado los investigadores de Sanofi, identificar cuatro de esas dianas o cerraduras que utiliza el virus para penetrar en las células y comenzar a replicarse en ellas. Han desarrollado una vacuna multivalente para intentar bloquear esa diversidad de cerraduras e impedir así que el virus entre en las células.

El 95% de la población adulta está infectada por este virus, pero solo crea problemas de salud en un porcentaje pequeño de personas

Los autores del trabajo han identificado cuatro proteínas clave en el exterior del Epstein-Barr. Y han enganchado esas proteínas o fragmentos de las mismas a una pequeña molécula de ferratina, que forma nanoesferas, una estrategia que también se está usando en vacunas para la covid. “Tiene una enorme ventaja porque enseña al sistema inmunitario muchas copias a la vez de aquello que tiene que combatir. De esta forma, el reconocimiento es mejor y se mejora la respuesta, lo que se traduce en una mayor cantidad de anticuerpos”, explica Julià Blanco, jefe del grupo de Virología e Inmunología Celular del instituto IrsiCaixa.

Los investigadores ya han probado la vacuna en ratones, hurones y macacos, y han visto que inducía anticuerpos neutralizantes en los animales y que se evitaba que el virus penetrara en las células. Además, los investigadores aislaron anticuerpos generados por ratones que habían recibido la vacuna y se los inyectaron a ratones sin vacunar a los que expusieron al virus y comprobaron que esos anticuerpos los protegían de los linfomas asociados al Epstein-Barr.

Los investigadores han utilizado una estrategia similar a la de las nuevas vacunas de la covid

“El virus es un factor necesario, pero no suficiente, para desarrollar un cáncer de estómago o un carcinoma nasofaríngeo. En cambio, en el caso de los linfomas el efecto es directo, puesto que se ha visto que el virus tiene la capacidad de transformar las células sanas en cancerosas”, indica Blanco.

“Los resultados de este estudio son prometedores, porque hasta ahora los intentos previos de lograr una vacuna contra el Epstein-Barr no habían tenido mucha eficacia”, considera Raúl Pelayo, neurólogo del Institut Guttmann, donde trata a pacientes con esclerosis múltiple. “Ahora bien, saber el impacto real en la clínica será mucho más complicado”, añade.

“Esta vacuna es una noticia excelente”, coincide Blanco, aunque “no quiere decir que funcione en humanos y el siguiente paso necesario para poder comprobarlo es complicado. Porque, aunque es fácil evaluar si protege de la mononucleosis, es mucho más difícil hacerlo en el caso de cáncer y de esclerosis múltiple”, enfermedades que pueden aparecer años después de la infección.

El Epstein-Barr genera infecciones crónicas en los humanos, que somos el único reservorio de este virus. Una vez penetra en el organismo, generalmente durante la adolescencia, se integra dentro del genoma de las células que infecta y luego se va reactivando a lo largo de la vida. “Si se lograra probar la seguridad y eficacia de la vacuna en humanos, quizás se podría optar por vacunar a la población durante la infancia, como se hace con el virus del papiloma, para evitar nuevas infecciones. No se lograría erradicar la infección, pero sí estaría mejor controlada”, considera Blanco.

Fuente: lavanguardia.com