Científicos mexicanos participan en el desarrollo de la primera vacuna preventiva contra el dengue
El dengue es un padecimiento que provoca síntomas como dolor de huesos, de cabeza, de ojos y náuseas; en algunos casos puede agravarse y provocar malestares mayores e, incluso, decesos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, este problema afecta a cerca de 400 millones de personas en el mundo, y particularmente en México, durante el año 2015 se presentaron 27 mil 178 casos y 42 defunciones, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud.
En atención al panorama mundial, el laboratorio francés Sanofi, en conjunto con científicos mexicanos, realizó una investigación en países con mayor incidencia de dengue, como México, y desarrolló la primera vacuna para prevenir los cuatro serotipos del patógeno. El tratamiento, recomendado para personas entre nueve y 45 años de edad, fue aprobado en México por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y autorizado para su uso en el sector privado de salud.
La doctora Sandra Besada Lombana, quien participó en el proyecto internacional, detalló que actualmente hay cuatro serotipos de dengue, mismos que interactúan en distintas ubicaciones geográficas de México y otros países. Para generar la vacuna Dengvaxia se debió encontrar la fórmula ideal que evitara que las personas se contagiaran de cualquier serotipo de dengue, ya que existe posibilidad de que cada uno se contraiga una vez en la vida.
La especialista detalló que para elaborar el tratamiento se tomó el virus de la fiebre amarilla de la vacuna que ya existía, y se le retiraron genes específicos que se reemplazaron por otros del dengue. De esta manera se obtuvo una combinación “quimérica”, con lo cual hace referencia a los animales mitológicos griegos que tenían el cuerpo de uno y la cabeza del otro.
A su vez, el doctor Juan Luis Mosqueda, perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores y quien colaboró en el estudio, añadió: “La vacuna contiene virus atenuados, en otras palabras, están vivos pero debilitados, lo que ayuda a generar defensas contra el patógeno sin producir enfermedad en quien se vacune”.
Durante las pruebas se aplicó en primates y se observó que el virus no se replicó por su sangre, no llegó a su cerebro y no afectó sus órganos; su organismo generó anticuerpos para los cuatro tipos del virus.
Seis meses después se les aplicó de nuevo dengue “salvaje” para ver si se producirá viremia, es decir, qué tanto el virus vacunal circulaba en la sangre del mono y se encontró que los anticuerpos producidos por la vacuna aún lo protegían y no se distribuía por su sangre el patógeno.
Para el experimento en humanos se evaluó la vacuna a partir de tres fases en 15 países, entre ellos, Brasil, Perú y Puerto Rico, se hicieron 25 protocolos en más de 40 mil sujetos, en quienes se buscó la viremia después de unos meses y resultó encontrarse en cantidades bajas, por lo que se concluyó que los vacunados no alcanzarían a infectar a algún mosco sin virus en caso de ser picados, de esta manera se frena la propagación. “El sistema inmune de las personas lo procesó y generó respuesta positiva que superó al virus” acotó el experto.
Es importante destacar que la vacuna no protege ante zika y chikungunya, a pesar de tener al mismo mosquito transmisor, Aedes aegypti; está recomendada para personas entre nueve y 45 años, ya que es el rango en el que los estudios se aplicaron.
A decir de los especialistas, como parte de la continuidad de la investigación se harán análisis en personas embarazadas o con algún otro padecimiento que involucre el sistema inmunológico para demostrar su eficacia en ellos.
Sobre su esparcimiento en el cuerpo humano
Transmitido por picadura del Aedes aegypti, el dengue pertenece a la familia de virus flaviviridae, dentro del género de los flavivirus, que son aquellos microorganismos propagados por insectos artrópodos y que contienen ARN positivo. Son causantes de varias enfermedades humanas como la fiebre amarilla y la hepatitis C.
El doctor José Ramos Castañeda, colaborador del proyecto y quien funge como investigador del Centro de Investigaciones sobre Enfermedades Infecciosas, explicó que posterior a la picadura del mosco, el virus viaja a través del torrente sanguíneo y al encontrarse con la célula blanco, que es receptora de distintas hormonas, se internaliza en ella.
Al interactuar con las moléculas celulares, el microorganismo dañino viaja por medio de vesículas que se mueven al interior de la célula, lo que provoca su cambio de estructura a nivel proteínas, de esta manera comienza la replicación por el cuerpo humano. (Agencia ID)