La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por unos niveles altos y persistentes de azúcar en sangre, un fenómeno que ocurre cuando ciertas células del páncreas encargadas de la producción de insulina se destruyen y ya no pueden ejercer su función, lo que supone un punto de no retorno para la enfermedad. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha logrado transformar un grupo de células pancreáticas para que ejerzan de productoras de insulina.
El hallazgo, publicado en la revista Nature Cell Biology, no solo podría plantear nuevas estrategias terapéuticas para tratar la diabetes, sino que además podría suponer un gran avance para diferentes enfermedades relacionadas con la muerte celular.
Según el equipo de investigadores responsables de este nuevo estudio, el éxito conseguido en la trasformación de estas células pancreáticas sugiere que este mismo proceso también podría funcionar para reprogramar otras células del cuerpo para que ejerzan una función diferente a la que les corresponde.
El estudio sugiere que este hallazgo también supondría un desafío a la idea de que las células maduras funcionales diferenciadas permanecen estables para siempre, por lo que podría existir la posibilidad de recuperar determinadas funciones celulares perdidas. “Lo que estamos mostrando aquí es que el estado de diferenciación de una determinada célula no está tallada en piedra. La identidad celular, en todas las etapas de la vida, está modulada por el entorno celular inmediato, particularmente por señales inhibitorias. Por lo tanto, el mantenimiento de la identidad celular es un proceso activo de inhibición a lo largo de la vida de la célula, y no un estado intrínseco o pasivo de diferenciación”, ha explicado Pedro Herrera, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra y responsable del estudio, para añadir que “esta capacidad de las células especializadas para cambiar su función podría ser crucial para tratar otras patologías que se deben a la muerte celular masiva o inadecuada, como el Alzheimer Enfermedad o infarto de miocardio”.
El páncreas contiene varios tipos de células que producen diferentes hormonas responsables de regular los niveles de azúcar en la sangre. Entre ellas se encuentran las células que producen glucagón, las que producen insulina y las que producen somatostatina, una hormona que actúa como un regulador local para controlar la actividad de las células. Juntos, forman pequeños grupos conocidos como islotes pancreáticos.
El glucagón aumenta los niveles de azúcar en la sangre, mientras que la insulina tiene el efecto contrario. En pacientes con diabetes, en ausencia de células funcionales, los niveles de azúcar en la sangre son persistentemente altos.
Hace unos años, el mismo equipo de investigadores relacionado con este nuevo hallazgo demostró la existencia de una capacidad de regeneración de células productoras de insulina en ratones. Sorprendentemente, en algunos animales sin células pueden aparecer espontáneamente nuevas células productoras de insulina. Es decir, que algunas de las otras células pancreáticas pueden llegar a reprogramarse para aprender a segregar insulina. “Sin embargo, este fenómeno solo afecta al 1 a 2 % de las células. Pero ¿por qué algunas células realizan esta conversión y otras no? Y, sobre todo, ¿sería posible inducir este proceso? Estas son las preguntas que constituyen el núcleo de nuestro trabajo”, explica el profesor Herrera.
Fuente: infodiabetes.com