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Células cancerígenas envían ‘drones’ biológicos a combatir el sistema inmune desde lejos

Las células cancerosas liberan ‘drones’ biológicos para ayudar a combatir el sistema inmune, que intenta derrotarlas, según ha revelado un estudio de investigadores de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).

Esos ‘drones’ son unas vesículas pequeñas llamadas exosomas, que circulan en la sangre y están armadas con proteínas llamadas PD-L1, que hacen que las células T se cansen antes de tener la oportunidad de alcanzar el tumor y batallar.

El trabajo, publicado en la revista ‘Nature’, aunque se centró principalmente en el melanoma metastásico, descubrió que en el cáncer de mama y de pulmón también se liberan los exosomas PD-L1. De esta forma, la investigación ofrece una información que cambia el paradigma de cómo los cánceres toman un enfoque sistémico para suprimir el sistema inmune. Además, también apunta a una nueva forma de predecir qué pacientes con cáncer responderán a la terapia anti-PD1, que interrumpe la supresión inmune para combatir los tumores, así como un medio para rastrear la efectividad de tales terapias.

«Las inmunoterapias son vitales para muchos pacientes con melanoma metastásico, pero alrededor del 70 por ciento de estos pacientes no responden. Estos tratamientos son costosos y tienen efectos secundarios tóxicos, por lo que sería muy útil saber qué pacientes van a responder. La identificación de un biomarcador en el torrente sanguíneo podría ayudar a hacer predicciones tempranas sobre qué pacientes responderán y, más adelante, podría ofrecer a los pacientes y sus médicos una forma de controlar qué tan bien está funcionando su tratamiento», explica Wei Gao, uno de los principales investigadores del estudio.

Los exosomas son diminutas vesículas encapsuladas con lípidos con un diámetro cien veces inferior a un glóbulo rojo. «Lo que hemos encontrado con estos exosomas circulantes es verdaderamente notable. Recolectamos muestras de sangre de pacientes con melanoma tratados con terapia anti-PD1. Este tipo de análisis de biopsia líquida nos permite controlar la supresión inmune relacionada con el tumor con el tiempo», detalla Xiaowei Xu, coautor.

Una de las innovaciones más exitosas en la terapia contra el cáncer ha sido el uso de fármacos inhibidores del punto de control, que están diseñadas para bloquear los intentos de las células cancerosas de suprimir el sistema inmunitario para permitir que los tumores prosperen y se propaguen.

Células T contra PD-L1

Uno de los principales objetivos para esta clase de medicamentos es PD-1, una proteína en la superficie de las células T. En las células tumorales, expresan una molécula homóloga llamada PD-L1, que interactúa con la proteína PD-1 en las células T, desactivando la respuesta anticancerígena de esa célula. El bloqueo de esa interacción mediante el uso de inhibidores de puntos de control revitaliza las células T, lo que les permite liberar su poder ‘asesino’ contra el cáncer en el tumor.

Si bien se sabía que las células cancerosas portaban PD-L1 en su superficie, en este nuevo trabajo, el equipo descubrió que los exosomas de células de melanoma humano también portaban PD-L1 en su superficie. «La identificación de la PD-L1 exosómica secretada por las células tumorales proporciona una importante actualización del mecanismo de punto de control inmune, y ofrece una nueva visión de la evasión inmune del tumor», aseguran los investigadores.

«Esencialmente, los exosomas secretados por las células de melanoma son inmunosupresores. Proponemos un modelo en el que estos exosomas actúen como drones para luchar contra las células T en circulación, incluso antes de que las células T se acerquen al tumor. Dado que una sola célula tumoral puede secretar muchas copias de exosomas, la interacción entre los exosomas PD-L1 y las células T proporciona un medio altamente eficaz para suprimir la inmunidad antitumoral en todo el cuerpo. Esto puede explicar por qué los pacientes con cáncer pueden haber debilitado el sistema inmune», asegura Gao.

Debido a que los exosomas circulan en el torrente sanguíneo, presentan una forma accesible de controlar la batalla del cáncer contra las células T a través de un análisis de sangre, en comparación con la biopsia más invasiva tradicional. Después de una fase aguda del tratamiento, los investigadores visualizan dicha prueba como «una forma de controlar qué tan bien los medicamentos controlan las células cancerosas».

Al medir los niveles previos al tratamiento de PD-L1, los oncólogos podrían ser capaces de predecir el alcance de la carga tumoral en un paciente y asociarlo con el resultado del tratamiento. Además, un análisis de sangre podría medir la efectividad de un tratamiento; por ejemplo, los niveles de PD-L1 exosómico podrían indicar el nivel de fortalecimiento de las células T por los inhibidores del punto de control inmune.

«En el futuro, creo que comenzaremos a pensar sobre el cáncer como una enfermedad crónica, como la diabetes. Y así como los pacientes diabéticos usan glucómetros para medir sus niveles de azúcar, es posible que monitorear PD-L1 y otros biomarcadores en los exosomas circulantes pueda ser una forma de que los médicos y pacientes con cáncer controlen los tratamientos. Es un paso más hacia la precisión y la medicina personalizada», concluye Gao.

Fuente: infosalus.com