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Así funciona el implante que ha devuelto la movilidad a un paciente de párkinson [VIDEO]

El implante emite ráfagas de señales eléctricas que estimulan la médula espinal para mover los músculos de las piernas

Un hombre con la enfermedad de Parkinson ha recuperado la capacidad de caminar gracias a un pequeño dispositivo implantado en la médula espinal que envía señales a sus piernas.

“Ahora puedo andar con más confianza, y mi vida cotidiana ha mejorado significativamente”, declaró el paciente, un hombre de 62 años llamado Marc, durante una rueda de prensa.

Marc es la primera y única persona que ha recibido la nueva neuroprótesis espinal, un dispositivo que contiene electrodos colocados bajo la piel, encima de la médula espinal. El implante envía ráfagas de señales eléctricas para estimular los nervios de la médula espinal, que a su vez activan los músculos de las piernas. El dispositivo se describe en un nuevo estudio publicado en Nature Medicine.

Marc padece párkinson desde hace unas tres décadas. Hace 20 años, recibió un implante que administraba estimulación cerebral profunda, un tratamiento habitual para esta enfermedad. A pesar de ello, desarrolló problemas neurológicos que le incapacitaron para desplazarse. “Me vi obligado a dejar de andar durante tres años y me consideraron discapacitado”, cuenta Marc.

En 2021, se inscribió en un ensayo clínico dirigido por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza) y el Hospital Universitario de Lausana (Suiza). Quería probar si un dispositivo neuroprotésico que habían desarrollado podía devolverle la capacidad de caminar.

El equipo ya había probado el dispositivo en tres monos con dificultades para caminar y mantener el equilibrio, situaciones similares a las que experimentan las personas con párkinson. Implantaron los dispositivos en la médula espinal de los monos y también les proporcionaron una interfaz cerebro-ordenador que permitía a los investigadores saber cuándo el mono quería caminar. A continuación, los investigadores administraron breves ráfagas de señales eléctricas a través del implante espinal, restaurando la capacidad de caminar en los tres monos.

En el caso de Marc, el equipo implantó electrodos en la parte superior de su médula espinal y los conectó a un neuroestimulador colocado bajo la piel de su abdomen. Cuando quiere dar un paseo, pulsa un botón de un mando a distancia que envía señales inalámbricas al neuroestimulador.

Después, el dispositivo neuroprotésico envía ráfagas de señales eléctricas que estimulan la médula espinal lumbosacra, una región de la columna lumbar que activa los músculos de las piernas.

“Estas zonas tienen todas las motoneuronas que controlan la contracción muscular, y que a su vez controla el movimiento de las piernas”, explica Eduardo Moraud, ingeniero neuronal del Hospital Universitario de Lausana y miembro del equipo que diseñó el dispositivo.

El párkinson priva a las personas de su calidad de vida: a medida que la enfermedad avanza, la mayoría tiene problemas para caminar o mantener el equilibrio y puede experimentar “congelación”, una incapacidad temporal para moverse. Durante más de dos décadas, las personas con movilidad limitada relacionada con el párkinson han sido tratadas mediante estimulación cerebral profunda. Sin embargo, para muchos pacientes como Marc los síntomas persisten, según Jocelyne Bloch, coautora del estudio y neurocientífica del Hospital Universitario de Lausana. Por eso, Bloch y su equipo han buscado nuevas terapias, y ya han conseguido devolver la capacidad de caminar a una persona paralizada debido a una lesión medular.

“El nuevo estudio es otra proeza técnica de este grupo”, afirma Sergey Stavisky, ingeniero neuronal de la Universidad de California en Davis (EEUU). Aunque no participó en el estudio, Stavisky se alegra de que la tecnología funcione en la estimulación de la médula espinal: “Es significativo y muy emocionante”.

Sin embargo, sigue sin estar claro si el dispositivo neuroprotésico funcionará en todas las personas con párkinson. “Esa es una pregunta importante que hay que responder”, subraya Stavisky. Marc ha tenido su implante durante unos dos años. Ahora, el equipo de investigación suizo planea probar el dispositivo en otras seis personas.

Fuente: technologyreview.es