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Un videojuego entrena mejor que los libros a médicos de emergencias

Jugar un videojuego de aventuras llamado Nightshift (turno de noche en castellano) en que el personaje es un joven médico de emergencia tratando a pacientes con traumatismo severo fue mejor aprendizaje que el de textos para preparar médicos reales en el reconocimiento rápido de pacientes que necesitaban mayores niveles de cuidado, según un nuevo ensayo dirigido por la Universidad de Pittsburgh Escuela de Medicina, publicado en The BMJ.

Aunque también se reveló que los doctores asignados al juego lo disfrutaron menos que aquellos asignados a la educación tradicional basada en texto, se concluyó que si se puede mejorar el disfrute del juego, los resultados ya favorables podrían mejorarse.

En promedio, el 70% de los pacientes con lesiones graves que se presentan en centros que no son de traumatología no reciben el triaje adecuado y no se los transfiere a los centros de trauma según lo recomendado por la práctica clínica.

“Los médicos deben tomar decisiones rápidamente y con información incompleta. Cada año, 30.000 muertes prevenibles ocurren después de una lesión, en parte porque los pacientes con lesiones graves que inicialmente se presentan en centros no traumáticos no son trasladados rápidamente a un hospital que pueda brindar la atención adecuada”, dijo el autor principal Deepika Mohan, MD, MPH, profesor asistente en la universidad de Medicina y Cirugía de Cuidados Críticos. “Una hora de jugar al videojuego recalibró los cerebros de los médicos a tal grado que, seis meses después, todavía superaban a sus pares en el reconocimiento de traumas severos”.

Mohan creó con Schell Games, una desarrolladora de juegos educativos y de entretenimiento, el juego para aprovechar la parte del cerebro que usa reconocimiento de patrones y experiencia previa para tomar decisiones rápidas usando atajos mentales subconscientes, un proceso llamado heurística. Esto se logra a partir de un relato que promueve las nuevas habilidades de los médicos en el juego, sobre la base de los conocimientos que se imparte, precisamente, desde los textos académicos.

El equipo de Mohan reclutó a 368 médicos de urgencias de todo el país que no trabajaban en hospitales con especialización en traumas. La mitad fueron asignados para jugar el juego y la mitad se les pidió que dedicaran al menos una hora a leer los materiales educativos.

Luego, los participantes respondieron a los cuestionarios y completaron una simulación que probaba la frecuencia con la que “sub-estudiaron” o no enviaron a pacientes con traumatismos graves a los hospitales con los recursos necesarios para manejarlos. Los médicos que jugaron el juego sub-clasificaron el 53% del tiempo, en comparación con el 64% de los que leen los materiales educativos.

Seis meses después, Mohan volvió a evaluar a los médicos y descubrió que el efecto del juego persistía, y que los que jugaban bajo el triage lo hacían el 57% del tiempo, en comparación con el 74% de los que habían leído los materiales educativos.

“Es importante enfatizar que la recalibración de la heurística no resolverá por completo el problema de la clasificación previa y que el problema no se debe enteramente a las habilidades de diagnóstico de los médicos. Pero es alentador saber que estamos en camino de desarrollar un juego eso muestra la promesa de mejorar la capacitación educativa actual”, señala Mohan.

Fuente: nmas1.org