¿Cómo va la ciencia latinoamericana?
La semana pasada, en Buenos Aires, los observatorios de ciencia y tecnología de la mayoría de países hispanohablantes y de Brasil discutieron los resultados de la última edición de El estado de la ciencia, una publicación de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana (Ricyt), que lleva 20 años recopilando las estadísticas e indicadores sobre ciencia y tecnología en la región.
En la edición de 2017 se ocuparon de explicar cómo estaba la ciencia latinoamericana en materia de inversión, investigadores, títulos universitarios alcanzados, publicaciones científicas y patentes.
Para empezar, un dato positivo: la inversión en innovación y desarrollo tuvo un crecimiento del 106 % para toda América Latina. En 2006 recibió US$34.000 millones y en 2015 fueron US$71.000 millones, sobre todo de parte de los gobiernos (61 %). A pesar del crecimiento, la inversión en ciencia sigue siendo considerablemente inferior a otros bloques, como la Unión Europea o Estados Unidos. El informe señala con preocupación que sólo tres países de la región concentran el 88 % del esfuerzo de inversión en innovación y desarrollo: Brasil, con el 64 %; México, el 17 %, y Argentina, el 7 %.
Según el informe, la inversión en innovación y desarrollo en Colombia creció 116 % de 2009 a 2015. Sin embargo, ese crecimiento contrasta con el presupuesto para ciencia y tecnología. El pico de inversión de Colciencias fue en 2013, con $430.150 millones, y este año bajó a $299.177 millones, y con el nuevo presupuesto asignado, 2018 será el más bajo en una década, con apenas $220.506 millones.
Respecto a los investigadores latinoamericanos, se calcula que representan el 3,9 % del total mundial, 40 % más que hace 10 años. En Colombia hay 6.364 investigadores y 38 % son mujeres.
Sin embargo, las universidades de América Latina siguen concentrándolos. Esto implica que los investigadores deben dividir su tiempo con la docencia, lo que podría explicar que las publicaciones de América Latina representen apenas el 4,45 % de lo que se reseña en revistas especializadas del mundo, como Scopus, Medline y otras.
Fuente: El Espectador