Los astrónomos y los expertos en vida silvestre se oponen a esta nueva forma de maximizar la generación de energía solar
El plan de una startup de California, de poner en órbita miles de espejos, ha causado gran inquietud y preocupación entre los astrónomos y los expertos en vida silvestre. La compañía, Reflect Orbital, apunta a maximizar el aprovechamiento de la energía de las granjas solares, redirigiendo la luz hacia ellas durante las noches.
Hace poco, Reflect Orbital aplicó para que se le otorgue una licencia de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, en inglés) con el fin de lanzar en abril de 2026 un satélite de demostración llamado EARENDIL-1. Ya en órbita, el satélite desplegará un espejo de 334 metros cuadrados, que dirigirá la luz solar a granjas solares determinadas que están instaladas en la Tierra. Sería el primer paso hacia la meta de la compañía de desplegar una constelación de 4.000 satélites como ese, para 2030.
“El costo no es solo para la astronomía sino para toda la civilización – además de los impactos ecológicos – y en mi opinión no vale la pena el esfuerzo”, le dijo a Gizmodo Siegfried Eggl, profesor adjunto de astrofísica en la universidad Urbana-Champaign de Illinois y codirector del Centro de la IAU para la Protección del Cielo Silencioso y Oscuro.
Reflect Orbital no respondió al pedido de comentarios que hizo Gizmodo al momento de publicar esto. Un vocero de la compañía le dijo a Space.com que la intención es llevar a cabo una evaluación de impascto ambiental antes de construir la constelación.
¿Funcionaría el plan de Reflect Orbital?
El sitio web de Reflect Orbital promete que su constelación brindará “acceso continuo y confiable a la energía, de día y de noche, para mejorar la generación de energía”. Esa promesa le valió el respaldo de importantes inversores y un contrato de U$1,25 millones del sector de Investigación e Innovación para Pequeñas Empresas, de parte de la Fuerza Aérea de EE.UU.
En teoría el concepto es relativamente simple, como usar un espejo de mano para dirigir un haz de luz solar hacia una pared. Pero en la práctica podría no ser tan efectivo como lo espera Reflect Orbital, según los astrónomos Michael J. I . Brown de la Universidad Monash y Matthew Kenworthy de la Universidad de Leiden.
Explicaron en un artículo de The Conversation que debido al tamaño y la distancia del sol ese rayo reflejado se dispersa y sería unas 15.000 más débil que el sol de mediodía para cuando llegue a la superficie de la Tierra, aunque eso sigue siendo mucho más brillante que la luna llena.
«Si un solo satélite de 54 metros es 15.000 más débil que el sol del mediodía, necesitarías 3.000 para lograr el 20% del sol del mediodía. Son muchos satélites para iluminar una sola región”», escriben Brown y Kenworthy. Como esos satélites orbitarían tan rápido en torno a la tierra, se requerirían muchos más que 4.000 para lograr la iluminación continua, añadieron.
Y eso, si todo va según lo planeado, dijo Eggl. Imaginemos, por ejemplo, que el impacto de un meteorito hace que uno de esos espejos se mueva. “Cuando se mueva, lo que tienes es un faro gigantesco que ilumina sin control a partes de la Tierra”, explicó.
Las consecuencias de la contaminación lumínica
La oscuridad es un recurso que se está agotando, y de él dependen fundamentalmente los astrónomos. La contaminación lumínica es un creciente riesgo para sus investigaciones, ya que a nivel global, cada año aumenta alrededor de un 10% desde la llegada de las luces LED.
“Si tienes espejos que reflejan incluso en la dirección aproximada de donde están los telescopios, la luz del cielo aumentará drásticamente y será como tener luna llena todas las noches, algo devastador para la astronomía”, explicó Eggl. Impediría que los telescopios captaran imágenes de objetos muy débiles que los astrónomos necesitan observar.
La contaminación lumínica también pone en riesgo a muchas especies animales cuya conducta evolucionó para estar en ínea con los ciclos naturales del día y la noche. “Si extiendes las horas de luz diurna con luz artificial y borras los límites entre el día y la noche, la contaminación lumínica interfiere con el ritmo circadiano, la fisiología y los patrones de conducta de muchísimas especies”, le dijo a Space.com David Smith, a cargo de la defensa y el cambio social en la organización sin fines de lucro BugLife, de invertebrados.
Fuente: es.gizmodo.com


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